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Según el reporte del jefe de la Comisaría Novena de Asunción, Crio. Pablo González, desde las 07:30 el grupo de manifestantes decidió colocarse en el asfalto. Desde ese momento comenzó el caos vehicular y la demora de muchas personas que debían llegar a sus destinos (muchas de ellas a sus puestos de trabajo).
Los datos que proporcionó a ABC el encargado del procedimiento indican que los nativos piden una reunión con encargados del Indi; de lo contrario, no se moverán del lugar. Cerca de las 10:00, González adelantó que existe cierta posibilidad de que el Gobierno los reciba y escuche en el transcurso de esta mañana. Son alrededor de 60 personas en total, entre niños, adolescentes y adultos.
El líder que está encabezando la protesta es Samuel Rivarola, quien afirmó que son de la comunidad Mbya Guaraní del departamento de Caaguazú. El cierre obliga a los agentes de la Policía Nacional y a los inspectores de Tránsito a colocarse en las esquinas de las avenidas Artigas y Costanera, así como en la intersección de Artigas con Perú.
El desvío vuelve lenta la circulación, pues tanto buses del transporte público como vehículos particulares que quieren evitar la Costanera deben girar a la izquierda en General Santos. A partir de ahí, o van hasta Avda. España o pueden utilizar alguna calle paralela a Artigas para ingresar al centro capitalino. Una verdadera tortura para quienes no tienen paciencia o de antemano no tenían en sus planes un bloqueo en el tránsito.
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No es la primera vez que indígenas cierran el acceso
De manera arbitraria, sin previo aviso ni respetando el derecho de terceros al libre tránsito, los aborígenes ya obstaculizaron el paso semanas atrás. Lo llamativo de todo es que se van turnando en cuanto a las parcialidades: una semana le toca a una y la siguiente a otra.
En lo que va de esta nueva semana, es la primera vez. Qué pasará en los siguientes días es toda una incógnita. Así que advertimos a nuestros lectores que tengan esto siempre en cuenta por lo menos hasta que el Gobierno llegue a un acuerdos con ello. El panorama sigue siendo triste en las inmediaciones del Indi: carpas precarias, niños corriendo de un lado a otro, fogatas y basuras en las veredas.
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