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Valenzuela conversó este martes con ABC y apuntó que la emoción que se sintió en la misa celebrada el domingo pasado en la explanada de la Basílica de Caacupé fue diferente. El encuentro se realizó con las nuevas disposiciones sanitarias impuestas por el Ministerio de Salud. Así, los asistentes debían higienizarse las manos antes de acceder a la zona indicada. Además, los religiosos mantuvieron una distancia de los presentes.
Esta flexibilización permitirá aventurar una planificación para que las celebraciones por el Día de la Virgen de Caacupé, el próximo 8 de diciembre, puedan hacerse con la presencia de los fieles, dijo Valenzuela.
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El año pasado hubo una “inmensa soledad” a raíz de la situación epidemiológica que hizo que las misas se realicen sin público, recordó el religioso, algo que contrastó con lo sucedido este fin de semana.
“Cuando veíamos que iba a haber luz verde para esto nos reunimos con las autoridades (...) Ellos veían la posibilidad de seguir afuera. Veía a muchas personas muy emocionadas por la posibilidad de ver a la Virgen, entre ellas yo también. Recordé diciembre pasado, esa inmensa soledad”, expresó monseñor.
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Para Valenzuela, se tratará de que unas 10.000 personas como máximo puedan asistir a las celebraciones por el Día de la Virgen en diciembre próximo. Remarcó que podrían darse las mismas de acuerdo a las diócesis, de modo a descomprimir las jornadas cercanas al 8 de diciembre.
“Estamos camino a eso (celebrar el Día de la Virgen de Caacupé con público) si seguimos con el protocolo, con esta organización, con lo que nos dicta el Ministerio de Salud, vamos a ir llevando esto poco a poco de acuerdo al comportamiento de la gente. Creo que hay muchas posibilidades. La toma de conciencia de nuestro pueblo es fundamental”, remarcó el prelado.
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Desde la organización de la festividad plantearán establecer cuadrantes para que los fieles puedan asistir las misas desde estos puntos específicos, adelantó el obispo. “Queremos máximo hasta 10.000 personas (...) Vamos a tratar. Vamos a ver cómo nos ingeniamos para que la gente venga de a poco. Tal vez haríamos por diócesis, vamos a ir viendo”, finalizó.
En la misa del domingo pasado se pidió la desinfección de manos, el uso de las mascarillas sanitarias y el cumplimiento del distanciamiento físico, con excepción de niños y adolescentes, quienes permanecieron con sus padres.
Para el gesto de la paz se aplicó el saludo sin contacto físico, mientras que para la comunión los celebrantes católicos autorizados –o ministros– se trasladaron hasta los fieles.
También en el marco de la celebración se realizaron dos procesiones, antes y al final de la misa, en que los voluntarios y agentes ejercieron controles para el cumplimiento de las medidas sanitarias.
Según anunciaron, para una mejor organización sanitaria se colocarán vallas en la explanada del local religioso en la próxima celebración multitudinaria en el predio de la Basílica de Caacupé.