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El Centro Educativo Maestros Rurales del barrio Yata’i, distrito de San Juan Bautista, Misiones, cuenta con 10 salas de clases y la parte administrativa, pero funciona con instalación eléctrica monofásica, con el peligro que representa para los docentes y alumnos.
Tiene 165 alumnos inscriptos desde educación inicial hasta el noveno grado. Las clases comenzaron con la asistencia del 60% de alumnos.
Por disposición del equipo de riesgo de la institución, integrado por el director César Morínigo más un docente, un representante de padres de familia y un estudiante, se resolvió como medida de seguridad que no asistan a clases los niños de prejardín, jardín de infantes ni de preescolar.
El director César Morínigo informó que este equipo evaluó las medidas sanitarias en esta pandemia y resolvió que asistan a clases desde el primero hasta el noveno grado.
Añadió que para octubre tendrán que ver la posibilidad de conseguir dinero para los insumos de bioseguridad, que incluyen todo los elementos de limpieza y desinfección. Al reiniciar las clases tienen los insumos para un mes.
El director señaló que el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) proporciona algunos insumos básicos como lavandina y termómetro, “pero la escuela tiene que buscar financiación para comprar los elementos de desinfección y limpieza. No es fácil conseguir dinero en esta pandemia”, dijo Morínigo.
En la entrada se cuenta con el equipo de desinfección y una docente se encarga de la toma de temperatura a los niños para ingresar a clase.
Precaria instalación eléctrica
Lo más grave del Centro Educativo Maestros Rurales del barrio Yata’i, distrito de San Juan Bautista, Misiones, es su instalación eléctrica. Con la monofásica debe proporcionar energía para 10 aulas, además de la parte administrativa, que incluye secretaría, dirección, sala de entrada y hall. Apenas pueden funcionar dos aires acondicionados y algunos ventiladores.