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Voluntarios de la Iglesia católica, agentes de la Policía Nacional y funcionarios del Ministerio de Salud realizaron las tareas de control y aplicación de las medidas sanitarias, de acuerdo a lo informado desde la cartera sanitaria.
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Indicaron que desde el inicio de la celebración religiosa se solicitó a los fieles la desinfección de manos, el uso de las mascarillas sanitarias y el cumplimiento del distanciamiento físico. Esta última medida tuvo una excepción en relación con los niños y adolescentes, quienes permanecieron con sus padres.
Para el gesto de la paz se aplicó el saludo sin contacto físico, mientras que para la comunión los celebrantes católicos autorizados –o ministros– se trasladaron hasta los fieles.
También en el marco de la celebración se realizaron dos procesiones, al previo y al final de la misa, en los que los voluntarios y agentes ejercieron controles para el cumplimiento de las medidas sanitarias.
Según anunciaron, para una mejor organización sanitaria se colocarán vallas en la explanada del local religioso en la próxima celebración multitudinaria en el predio de la Basílica de Caacupé.
La Dirección General de Promoción de la Salud capacitó a los voluntarios en cuanto a las medidas sanitarias a ser cumplidas para la realización de la celebración católica.
El Monseñor Ricardo Valenzuela agradeció a Salud y a la Policía por el acompañamiento durante la actividad religiosa. Cabe destacar que hace más de un año y cinco meses no le celebraba una misa en la explanada de la Basílica.
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¿Qué establece el nuevo decreto sanitario?
El 24 de agosto pasado, el Poder Ejecutivo emitió un nuevo decreto sanitario en el que dispone que los actos religiosos serán “con ambientes bien ventilados, uso permanente de mascarillas e higiene de manos. Las personas que asistan a estos actos permanecerán sentadas en asientos asignados y sin interacción entre sí”. También establecieron que la participación será del 50% en relación a la capacidad del lugar.