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El presunto multimillonario desvío de fondos fue pillado gracias a una denuncia hecha por César Augusto Luna Baum, en su carácter de presidente de una organización civil denominada Consejo de Seguridad y Participación Ciudadana.
El ciudadano “solo” pidió saber la cantidad de motos y la cantidad de combustible destinada a los vehículos de la Policía, pero esta institución, aparentemente “sin querer”, le envió la planilla en bruto que contenía todas las evidencias de la tragada, como que algunos biciclos, cuyos tanques son de 15 litros, supuestamente recibieron en algunos casos cargas hasta 20 veces superiores.
Con esto, lo que en realidad se hacía era efectivizar el saldo contenido en la tarjeta magnética asignada a ese móvil.
Dicha práctica se ejecutó con centenares de otros vehículos policiales durante todo el año 2020, cuando el comandante era el comisario general Francisco Resquín.
Acusado de “mala fe”
La Dirección de Asuntos Internos inició una investigación preliminar que concluyó el 19 de abril pasado, ya durante la gestión del actual comandante, comisario general Luis Arias.
El oficial investigador elevó un informe en el que advirtió la tragada de dinero e incluso acusó de “mala fe” al jefe de la división Combustible, subcomisario César Hermosilla, porque supuestamente este ocultó celdas, manipuló planillas y entregó información incompleta y a destiempo para evitar que se descubriera la trama.
Hermosilla responde directamente al director general de Administración y Finanzas, comisario general Jorge Medina, quien es el responsable directo del manejo y control de los fondos de la Policía.
En la misma conclusión, el oficial que investigó la supuesta tragada también remarcó que “se ha dado un uso inadecuado del crédito asignado a la carga de combustible para los móviles institucionales, ya que las transacciones realizadas con dichas tarjetas durante todo el año 2020 no son acordes a la capacidad de los tanques de abastecimiento de los vehículos a las cuales corresponden, se denotan un uso ininterrumpido de los vehículos, además el kilometraje declarado no condice con la cantidad de las supuestas cargas realizadas”.
Igualmente, el escrito de Asuntos Internos dice que además de faltas a los deberes policiales, las maniobras corruptas pilladas “constituirían tipos penales, por lo que el expediente debe ser comunicado al Ministerio Público para su investigación”.
Sin embargo, pese a esa advertencia que se hizo ya hace cuatro meses, el director de Asuntos Internos de la Policía, comisario general Francisco Andino, cajoneó el expediente.
Se reactivó la pesquisa
Recién después de que ABC empezara a indagar el hecho se reactivó la pesquisa sobre la tragada y ahora está en manos de un fiscal de sumarios que ya identificó y procesó a 25 uniformados que figuran como responsables de las tarjetas que fueron desangradas más alevosamente.
Sin embargo, casi todos los policías sumariados que ya se presentaron a declarar niegan haber hecho las transacciones ilegales e incluso dicen que se falsificaron sus firmas.
Atribuyen toda la responsabilidad a la división Combustible y, por ende, a la dirección general de Administración y Finanzas.
El 23 de julio pasado, la Policía sacó una circular de reglamentación de las cargas de combustibles, pero fue recién cuando se iba a publicar la investigación del supuesto desvío de los fondos de ese rubro.
La Policía emitió ayer un comunicado con relación al supuesto desfalco. Básicamente, alegan que los vehículos señalados en las publicaciones como motocicletas, son en realidad buses. La institución tardó 24 horas para responder a ABC, pero para hacerlo a Asuntos Internos demoraron más de dos meses.
El caso anterior
Este supuesto robo de G. 30.000 millones es 25 veces superior al desvío de unos G. 1.200 millones del mismo rubro de combustible que fue detectado en 2015 y que tumbó y luego envió a la cárcel al entonces comandante Francisco Alvarenga y a sus principales colaboradores.
Cuando eso, la maniobra utilizada fue la misma que ahora, es decir, simular cargas de combustible para sacar el dinero contenido en las tarjetas de la Policía Nacional.
“Millonarias” tragadas
En algunas de las planillas de la investigación del desvío de fondos de la Policía figuran supuestas cargas de combustibles por montos descomunales y hasta ridículos.
Por ejemplo, en el año 2020, una moto Honda supuestamente recibió combustible por G. 504 millones y un vehículo que sería camión Hyundai por G. 281 millones.
También hay una moto Leopard que aparece como que le cargaron nafta por G. 868 millones.
Asimismo, hay conductores que en un año cargaron supuestamente combustible a los móviles que manejaban por valor de G. 49 millones, G. 83 millones, y hasta G. 100 millones. Hay un caso de hasta G. 172 millones.