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Para el economista y ex ministro de Hacienda César Barreto, el gobierno de Mario Abdo Benítez al cumplirse los tres años de mandato se encuentra debilitado políticamente y en esas condiciones es muy difícil que pueda lograr apoyo para hacer las reformas necesarias para recomponer la situación fiscal, previsional y mejorar la calidad de los servicios de salud y educación. Tampoco habrá recursos para asignar a estos servicios. “Lo más probable es que continúen los reajustes a maestros, médicos y algún nivel de inversión pública con financiamiento externo”, acotó Barreto.
A criterio del economista, el Gobierno de Mario Abdo tuvo un buen manejo inicial de la pandemia el año pasado, con cuarentenas estrictas y un programa de apertura gradual de sectores combinados con un incremento importante en la inversión en infraestructura y un programa de transferencias (subsidios directos) que llegaron a casi 2 millones de personas. Todo esto apoyado en un sector agropecuario que no paró y tuvo resultados muy positivos. “Por todo esto, la caída de la economía el año pasado (-0,6%) fue pequeña comparada a la de otros países de la región y el mundo. Sin embargo, hubo una mala gestión en compra de vacunas que puso a un enorme riesgo la recuperación económica este año y ha debilitado mucho al Gobierno”, apuntó el economista.
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Revisión del Anexo C
Y mientras se ve esta pasividad, hay cuestiones muy relevantes a definirse próximamente; en ese sentido, Barreto indicó que preocupa la falta de avance en la revisión del anexo c del tratado de Itaipú. “Por años hemos esperado este momento para buscar obtener más recursos una vez que la hidroeléctrica termine de pagar su deuda. Veo difícil un acuerdo definitivo e implementable en menos de 3 o 4 años”, resaltó.
Más sombras que luces
Por otra parte, el analista financiero Amilcar Ferreira también coincidió en que la administración de Mario Abdo Benítez ha perdido fuerza a partir de los numerosos casos de corrupción que se evidenciaron en plena emergencia sanitaria, incluso antes de la pandemia, con la firma de “acta entreguista de Itaipú”. A criterio de Ferreira, la corrupción sigue siendo el principal freno a las oportunidades del país.
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El profesional detalló que este Gobierno ha delineado las bases para dar continuidad a ciertos programas importantes, como el desarrollo de infraestructura, que llegó a niveles históricos de inversión, o la reforma tributaria, que también fue positiva y ya empieza a dar su frutos este año.
No obstante, el contrapeso de la corrupción ha empañado estos pasos iniciales, además con un elevado nivel de deuda, llegando al techo con el 35% del Producto Interno Bruto (PIB) y sobrepasando los límites del -1,5% de déficit fiscal establecido en la ley. En este contexto, ya no queda mucho espacio en materia de inversiones, por lo que probablemente se tendrá que optar por otras herramientas para cubrir las necesidades de infraestructura, como las Alianzas Público-Privadas (APP).
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Según Ferreira, a partir de los hechos de corrupción que se fueron dando en plena pandemia, el Gobierno de Mario Abdo se mantuvo en piloto automático. “Es decir, simplemente gestiona una inercia sin mayores iniciativas y probablemente va a seguir en ese modo sin mayores novedades, con mas sombras que luces”, dijo.
Se pierden oportunidades
A su vez, Ernesto Figueredo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicio del Paraguay (CNCSP) añadió que esta falta de liderazgo del Gobierno preocupa en gran manera al sector empresarial.
El empresario indicó que si bien la pandemia ha impactado fuertemente en la economía, nuestro país está teniendo menos dificultades que otros de la región para encarar la reactivación, y se ha logrado contener mejor el índice de pobreza y desempleo. Incluso, organismos internacionales destacan crecimiento de la inversión extranjera y el buen clima para negocios actualmente; pero estas oportunidades están en riesgo de no ser aprovechadas debidamente, ante la pasividad de nuestras autoridades para encarar las reformas muy necesarias.