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La empresa se dedica a la industrialización de arroz y aceite comestible. Las refinerías están paradas por falta de materia prima, con el consecuente perjuicio económico para la empresa, que se ve obligada a incumplir con los compromisos con sus compradores, explicó la directora de la firma, Liliana Giles.
“Nosotros trabajamos con aceite crudo que nos proveen las empresas. Comenzamos a trabajar, estuvimos operando durante cinco días, pero luego tuvimos que parar, hace ocho días, con el consiguiente perjuicio porque tiene un muy alto costo hacer funcionar las calderas de la refinería, y nos vimos obligados a suspender a los jornaleros”, señaló.
Es una de las primeras empresas que tenía prevista la exportación de aceite envasado, pero el pedido fue cancelado porque no podrán llegar con el producto.
Agregó que no saben qué hacer ante la situación y lamentó la impunidad reinante, porque mientras la industria no puede operar como consecuencia de la manifestación de los transportistas, ingresa aceite de contrabando sin ningún inconveniente a bordo de combis. “Sentimos en la piel esa impunidad terrible”, lamentó. La situación está provocando un impacto muy grave, tanto a la compañía como a sus trabajadores. Más de 400 empleados dependen directa e indirectamente de esta industria. “Empezamos a suspender a jornaleros, no sabemos qué hacer”, sostuvo.