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La semana pasada fue lanzada la edición 2021 del anuario: “Indicadores de la Libertad Económica y Prosperidad en la Transformación del Paraguay” de la mano del Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada, IDPPS. Se dieron cita autoridades públicas, diplomáticas y del sector privado para el efecto.
“Este año hemos retrocedido 4 puestos, aunque el panorama no necesariamente tiene que ser desalentador. Este documento hay que analizar de manera integral, sistémica, ya que fueron una serie de factores” afirma el economista Ricardo Rodríguez Silvero, Director del IDPPS.
Paraguay sigue gozando de una robusta macroeconomía, en condiciones aún mejores que algunos países vecinos. Tener fortaleza macro-económica es necesario, pero no suficiente. No debemos desatender la microeconomía, aquella que engloba innumerables emprendimientos pequeños a lo largo y ancho del país y que lastimosamente están sin asistencia técnica profesional y con poco acceso a créditos, lo que implica un ecosistema de negocios adverso, continuó Rodríguez Silvero.
“Si bien una macroeconomía saludable, definida como crecimiento del producto bajo control de la inflación y el déficit fiscal es imprescindible, la microeconomía también es tan importante como la macro. Si nos limitamos a mencionar la fortaleza macroeconomía, pero descuidamos la microeconomía, seria como remar de un solo lado: difícil avanzar así. Por otro lado, cabe señalar que el daño que se hace a la ecología actualmente, descuidando los bosques y los humedales, entre otros factores adversos, nos coloca en una situación aún más difícil”, prosiguió.
Agregó que resulta preocupante el sector público, con mala calidad del gasto, empeorado por la omnipresente impunidad, fomentando corrupción feroz, una de las peores de América Latina y el Caribe. Nuestro sector público está plagado de cleptocracia e ineptocracia, aturdidas por nepotismo a ultranza. Como si todo eso fuera poco, nuestro sistema educativo es también uno de los peores de la región.
Por otro lado, defensa y seguridad se hallan frágiles. “Por un lado, el respeto a la propiedad privada deja mucho que desear. En términos de cuestiones inmobiliarias, la inseguridad jurídica reina por doquier. Por otro lado, nuestro país no detiene el crimen organizado en manos de algunas organizaciones terroristas locales, que sumadas a las tres mega-bandas terroristas del Brasil, actuando en Paraguay, dejan una estela de crímenes y ponen en vilo a toda la sociedad”, indicó.
“Dentro de este contexto, urge organizarse mejor. A pesar de los problemas señalados, nuestro país aún puede afianzar su derrotero hacia el desarrollo sostenible y ser recuperado de los delitos económicos y del crimen organizado. A tal efecto, es imprescindible la cooperación internacional. Paraguay la está recibiendo ya. Es cuestión ya sólo de utilizarla mejor en políticas públicas y, en lo que concierne a los delitos económicos y criminales, entrar en alianza con países amigos, con tecnología en el combate de estos últimos. Dentro de este contexto, hay motivos para permanecer optimistas”, concluyó Rodríguez Silvero.