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El magistrado dispuso la remisión al penal militar de Viñas Cue de los efectivos del Ejército Alberto Ramón Martínez Ortiz, de 43 años, y Alcides Ramón Hermosa, de 28 años. El primero es suboficial mayor y el otro es sargento primero.
En tanto que los bolivianos Paulina León Herrera, de 55 años; Patricia Toco Delgadillo, de 44 años, y Jorge Isaac García Baldivieso, de 63 años, van a guardar reclusión en la penitenciaría regional de Concepción, así como el paraguayo Gustavo Cáceres Álvarez, de 47 años.
Los dos militares, que prestaban servicios en el destacamento fronterizo de Fortín Gabino Mendoza, en el departamento de Boquerón, están imputados por el fiscal del Chaco Andrés Arriola por posesión y tráfico de precursores químicos.
Los cuatro civiles, en tanto, se hallan procesados por el mismo hecho que los militares, pero además también por contrabando.
Todos fueron sorprendidos el lunes de tarde en el citado cuartal militar cuando recibieron una carga de 50 tambores de acetato de etilo que iban ocultos desde Asunción en un camión semirremolque cargado también con bagazo. Además, en el predio ya estaban depositados otros 10 tambores de ácido clorhídrico que por lo visto llegaron momentos antes.
Ambas sustancias iban a ser llevadas a Bolivia para ser usados en la producción de cocaína. Los tambores debían cruzar la frontera en camiones más pequeños que también fueron incautados cuando entraron al destacamento para hacerse el trasbordo.
El operativo fue ejecutado por agentes especiales de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
Presuntamente, los militares de Gabino Mendoza cedían en alquiler su cuartel para que funcionara como base de operaciones de la red desmantelada y cuya líder sería la boliviana Paulina León Herrera. Su compatriota Patricia Toco Delgadillo es aparentemente una especie de secretaria. Jorge Isaac García Baldivieso y Gustavo Cáceres Álvarez eran los choferes que debían llegar la sustancia a Bolivia, según la investigación del fiscal Arriola.