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El productor Juan González, de la compañía Matachí, refirió que pese al gran esfuerzo que hizo por salvar su cultivo, más de 4.000 plantas fueron destruidas por la helada, que fue espesa en la zona, y que ni la media sombra ni el fuego ayudaron a salvar.
De cada planta que se encontraba en proceso de crecimiento se tenía previsto sacar alrededor de cinco kilos y comercializar a G. 4.000 cada kilo. Se estima una pérdida de G. 80 millones y similar perjuicio también en el rubro del tomate.
Refirió que, pese a esta pandemia, estaba esperanzados y junto con su familia optaron por producir nuevamente este año para la temporada locote y tomate; también van a cultivar papa, pero con estas prácticas rudimentarias el productor campesino no podrá subsistir.
Agregó que se encuentran desprotegidos ante los fenómenos climáticos y cada quien a su manera trata de salvar sus cultivos, pero en este caso este productor, pese a que luchó contra la fuerte helada por más de 8 horas, el trabajo fue insuficiente y su cultivo se perdió. Lo que le preocupa es las cuentas que debe pagar y volver a iniciar de nuevo requiere de inversión que ya no dispone.
A los pocos minutos de salir el sol, el productor comenzó a ver su sacrificio, cómo comenzaban a languidecerse sus plantas, algunas podrían rebrotar pero llevará más tiempo para su floración y cosecha. Además, el rendimiento ya no va ser el esperado en caso de que puedan salvarse contadas plantas.
En el transcurso de la mañana, técnicos dependientes del Ministerio de Agricultura estarán evaluando el impacto que dejó la helada a los productores de la zona y posteriormente, a través de sus superiores, se dará a conocer el reporte oficial, manifestó el Ing. Agr. Arturo Garcete.