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Fue esta mañana durante la inauguración del pabellón de contingencia construido en la sede del Hospital Regional de Caazapá, donde destacó que estos “ahorros” permitieron redireccionar recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Iniciamos nuestra gestión con 270 camas de terapia intensiva y hoy tenemos alrededor de 734 camas, casi el triple. La estrategia al inicio de año fue entendiendo esta realidad y tomar medidas (sic) restrictivas para generar conciencia y salvar vidas”, indicó.
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“Vamos a seguir trabajando con mucha fuerza, con ese espíritu característico del paraguayo y la paraguaya, que a pesar de los momentos difíciles no se rindió. No es importante de dónde vengan las vacunas, compradas o de cooperación, lo único que hace el presidente todos los días es priorizar el proceso de vacunación, ya que eso salva vidas”, mencionó el jefe de Estado.
Sin embargo, Abdo Benítez se olvidó de mencionar que todas las obras que ejecuta el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) siguen teniendo siderales sobrecostos, con los cuales se beneficia principalmente a diferentes constructoras que erigen las infraestructuras viales.
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Llamativamente, en casi todos los contratos se llega al encarecimiento del 20% que permite la ley de Contrataciones, abusando de este punto del marco legal. Otras que son financiadas por organismos multilaterales, como el BID, incluso registran subas del 50%, porque no se rige por la ley local.
Este organismo multilateral que destacó el presidente condiciona las compras que financia a sus “políticas” de adquisiciones, lo que se presta a la corrupción, como ya ocurrió en otros países.
Para tener una idea, en menos de tres años la administración de Arnoldo Wiens ya autorizó sobrecostos en diversas obras por G. 1,4 billones (un poco más de US$ 211 millones al cambio actual), en 50 contratos, según una revisión de ABC de los documentos publicados en el portal de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP).
Con estos fondos se pudieron financiar el mantenimiento de puentes o la construcción de más rutas asfaltadas, que son tan necesarias en un país como el nuestro, donde el 90% de las carreteras siguen siendo de tierra. Por ejemplo, con el monto de este despilfarro, se podrían construir 22 viaductos como los montados en la zona del Botánico, o la construcción de 10 Costaneras como la primera que fue inaugurada en la capital a finales del 2012, que tuvo un precio de US$ 21,5 millones, y con la cual se cambió el rostro de la ciudad.
También se pudo construir hospitales, escuelas, o comprar medicamentos para la población, pero al parecer esto no está entre las prioridades de este Gobierno.