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El caso se remonta a la madrugada del 28 de febrero de este año, cuando dos policías de la comisaría 12 de San Roque González, suboficial principal Ramón Valdez y suboficial inspector Reinaldo Valdez, respondieron a una denuncia hecha por vecinos de un barrio que se quejaron de que en una casa había un grupo de personas aglomeradas y farreando, en clara violación de la cuarentena sanitaria estricta que estaba vigente cuando eso.
Al llegar al lugar, los patrulleros intentaron persuadir a los presentes para que terminaran su farra, pero uno de los dueños de casa, Claudio Ramón Barrios Carballo, de 26 años, directamente empezó a maltratar a los uniformados jactándose de que es militar.
Efectivamente, el citado joven resultó ser un vicesargento primero del Comando de Comunicaciones del Ejército.
El que lo secundaba en su agresión verbal contra los policías era su hermano menor, Tomás De Jesús Barrios Carballo, de 19 años, quien también era aspirante militar.
Como la situación se complicó para los dos policías, estos pidieron refuerzos. Sin embargo, antes de que llegara el apoyo, los suboficiales de la comisaría de San Roque González fueron atacados por los hermanos Barrios Carballo, quienes los desarmaron con la ayuda de las otras personas con las que estaban farreando.
Desgraciadamente, en medio de la riña, el suboficial inspector Reinaldo Valdez fue derribado, cayó al suelo y en ese momento el vicesargento primero Claudio Ramón Barrios Carballo le sacó su pistola calibre 9 milímetros e intentó cortarle la cabeza con un machetillo que tenía a su alcance.
Recién cuando el policía quedó casi decapitado en el sitio, los agresores se dispersaron y dejaron abandonado al herido, quien por su parte fue auxiliado por su propio compañero, quien lo alzó a la patrullera y lo trasladó a un centro de salud.
Momentos después, llegaron decenas de policías de varias otras comisarías del departamento de Paraguarí, rodearon la casa, atraparon al militar y a su hermano y recuperaron la pistola del suboficial inspector Reinaldo Valdez.
El agente herido fue trasladado ese mismo día al Hospital de Policía “Rigoberto Caballero” de Asunción, donde entró en terapia intensiva.
Luego de varias semanas, Valdez salió a una sala normal, pero pronto recayó y volvió a entrar a terapia.
Cuando presentó una leve mejoría, salió otra vez de terapia, pero desgraciadamente se volvió a sentir mal y entró por tercera vez a la unidad de cuidados intensivos, pero esta vez ya trasladado a un sanatorio privado de la capital, donde finalmente falleció el viernes de tarde.
El policía Reinaldo Javier Valdez Colmán tenía 42 años de edad, era oriundo de Quiindy y deja desamparados a cinco hijos.
Ante el fallecimiento del uniformado, el fiscal dijo que va a cambiar la caratula del expediente contra el militar y su hermano menor, de tentativa de homicidio a homicidio doloso.
Los dos procesados se encuentran recluidos en la penitenciaría regional de Misiones.