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El joven Jorge Ríos Barreto fue secuestrado en la noche del lunes 28 de junio pasado de la estancia Dos Hermanos, ubicada en aquella zona, por cuatro miembros de la organización criminal Agrupación Campesina Armada - Ejército del Pueblo (ACA-EP) y asesinado en la tarde del sábado 3 de julio hacia territorio brasileño.
En el transcurso de esos días, miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) efectuaron incursiones en varios sectores de la región, donde encontraron las enormes parcelas de marihuanales, algunas en crecimiento y otras listas para la cosecha, según informaron.
De acuerdo al informe, la extensa zona ubicada en el norte del departamento de Concepción, limítrofe con el de Amambay actualmente esta dominada por estructuras criminales, presumiblemente de origen brasileña que financian los grandes cultivos de la droga.
Para montar las parcelas de marihuana, los narcos reclutaron a labriegos, la mayoría de ellos jóvenes, descendientes de los primeros colonos que se afincaron para la explotación de la agricultura y la ganadería, pero que nunca pudieron progresar debido a la falta de apoyo estatal.
Extensos montes fueron destruidos por los narcos en aquella área para conseguir los rozados, que luego usaron para plantar las semillas de la marihuana, lo que también constituye un delito conexo al narcotráfico, explicaron.
En total, según el informe de la Senad, los uniformados destruyeron 85 hectáreas de marihuana, en etapa de cosecha, al mismo tiempo fueron quemados 7.000 bolsas cargadas con la hierba ya cosechada, a más de varios campamentos equipados con los elementos necesarios para el procesamiento de la hierba.
Paso Bravo
Por otra parte, la reserva o parque nacional Paso Bravo de 93.612 hectáreas, localizado en la misma zona, al este del río Paraguay y al sur del río Apa, a unos 180 kilómetros al norte de la ciudad de Concepción, prácticamente se ha convertido en base de operaciones de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de cocaína.
La última intervención en la zona se dio en la mañana del 5 de mayo último, precisamente por agentes de la Senad, quienes encontraron en el sitio elementos y improvisado laboratorio para procesar y aumentar los volúmenes de cocaína que traen en avionetas de Bolivia y luego remesan en vehículos terrestres a los mercados de consumos del Brasil.
Al mismo tiempo, los agentes especiales ubicaron tres pistas clandestinas instaladas en el parque y que eran frecuentemente utilizadas para el aterrizaje y despegue de las narcoavionetas.
Estos aeródromos fueron destruidos con bombas, pero fuentes extraoficiales confirmaron que dentro de la reserva existen casi un centenar de estas pistas, que continuamente son utilizadas por los narcos.