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Es el caso de Alcides García, docente oriundo de la comunidad Santa Rosa del distrito de Curuguaty, cuyos padre y madre adquirieron el COVID-19 y están luchando por seguir con vida.
El educador señaló que tuvo que comprar dos balones de oxígeno a G. 5.500.000 cada uno para el tratamiento de su padre, ya que, al no haber más camas disponibles en el Hospital de Curuguaty, debe seguir las indicaciones médicas en su domicilio, mientras que su madre sigue en el hospital mencionado.
Pero los gastos no solamente se limitan a la carga de oxígeno cada 12 horas, con un costo de G. 450.000 cada balón, sino también se encuentra la compra de medicamentos costosos que no se encuentran en la farmacia del nosocomio. A estos se deben sumar los gastos de algunos análisis y estudios que indefectiblemente se tienen que realizar en el sector privado. “Ya vendimos todo el ganado que teníamos; yo tampoco ya tengo créditos”, refirió preocupado el docente.
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Gustavo Galeano, director médico del Hospital Distrital de Curuguaty, confirmó que se redujo a 12 la cantidad de camas en la sección de internados por coronavirus, lo que hace que varios enfermos sigan tratamientos ambulatorios en sus domicilios. También reconoció que la cantidad de medicamentos no abastece ante la demanda de pacientes.