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Darío Acosta Talavera tiene 33 años y es de Asunción. Desde el comienzo de la pandemia temió al virus. En junio de 2019 le descubrieron meduloblastoma, un tipo de cáncer en el cerebro. Un mes después tuvo la posibilidad de una intervención quirúrgica para la extracción en Brasil.
Luego, vino la etapa post operatoria. Quedó con el sistema inmunitario por debajo del nivel mínimo, una visión doble, problemas del habla y dificultad motriz en su lado derecho. Por esta situación es sometido a numerosas sesiones de quimioterapia y radioterapia.
El 18 de junio último presentó él mismo la acción judicial para su beneficio. El 21 del mismo mes, la Asesoría Jurídica del Ministerio de Salud Pública rechazó el pedido. El argumento es que, por la edad y de acuerdo al plan nacional de vacunación, el joven debe ser inmunizado a partir de la etapa 2.
Darío entregó al Poder Judicial su historial clínico y oncológico. Además, alegó en su petitorio que se enteró por redes sociales de que un colega suyo que sufre de asma y alergia tuvo un fallo favorable de un amparo por vacunas. Especialistas notificaron que es un paciente de riesgo y que de contraer el COVID las consecuencias en su salud se volverían aún más graves.
Posteriormente, la jueza de Primera Instancia en lo Laboral Graciela Ortiz analizó las documentaciones, legislaciones y dio lugar al amparo, comunicando la resolución a la cartera sanitaria el 23 de junio. Atendiendo a que la acción es con carácter de urgencia, según Acosta, él mismo llevó la decisión al Ministerio de Salud.
De esta manera, hace cuestión de una semana, Darío en persona entregó la sentencia de la magistrada en la sede estatal. Cuenta que como era ya algo tarde y que los vacunatorios habían cerrado, le explicaron que al día siguiente lo llamarían para citarlo en un puesto para recibir el biológico. Acosta mencionó que se cumplió exactamente como se estableció y hoy día ya cuenta con la primera aplicación. Debe esperar tres meses para que le apliquen la segunda dosis.