Especialistas desaconsejan test de anticuerpos para confirmar inmunidad contra COVID-19

Las doctoras Carolina Aquino, directora general del Laboratorio Central; Graciela Russomando y Cinthia Vázquez explicaron por qué los test de anticuerpos no están recomendados para evaluar la inmunidad o protección después de la vacunación contra el COVID-19. Destacan que a nivel mundial no es aconsejable, ya que los kits comerciales tienen diferente sensibilidad y especificidad.

Dra. Carolina Aquino, directora general del Laboratorio Central; Dra. Cinthia Vázquez, directora técnica; y Dra. Graciela Russomando.
Dra. Carolina Aquino, directora general del Laboratorio Central; Dra. Cinthia Vázquez, directora técnica; y Dra. Graciela Russomando.

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En varios grupos de Whatsapp recorre información de que muchas personas vacunadas contra el covid-19 se realizan test de anticuerpos para comprobar si tienen inmunidad contra la enfermedad, y que al recibir los resultados se sorprenden negativamente, poniendo en duda la eficacia de las dosis y creando confusión.

En conversación con ABC, las doctoras Graciela Russomando, Carolina Aquino y Cinthia Vázquez brindaron un análisis con respecto a los kits comerciales que detectan los anticuerpos de una persona para evaluar si tienen o no inmunidad luego de aplicarse la vacuna contra el coronavirus.

La Dra. Carolina Aquino comentó que la Food and Drug Administration de EE.UU (FDA), aconseja no utilizar los resultados de prueba de anticuerpos para evaluar la inmunidad o la protección contra Covid-19 después de la vacunación.

“A nivel mundial no es aconsejable realizarlo porque los test y las pruebas diagnósticas no están actualmente validadas, porque la respuesta inmunitaria (que son innatas, celular y humoral) dependen de estos factores y los kits comerciales tienen diferente sensibilidad y especificidad”, aclaró Aquino.

También indicó que el hecho de que salga negativo el test de anticuerpos no quiere decir que no se cuente con inmunidad. “Depende de la plataforma de la vacuna; si son -por ejemplo- las Pfizer o Sinopharm, puede ocurrir que una persona o un test tenga un nivel de sensibilidad diferente a otro test, entonces esto hace que aparentemente sea negativa la producción de anticuerpo. El nivel de detección de ese kit puede ser distinto o el individuo puede que tenga anticuerpos pero no detecte en ese nivel de sangre. No es recomendable y el hecho de que salga negativo no quiere decir que no se tenga anticuerpos”, enfatizó.

Destacaron que los test de anticuerpos la mayoría son pruebas cualitativas y dan una medida aproximada y relacionada con cantidades, pero no son cuantitativas y la calidad de dichos anticuerpos no se saben.

“Cuando vamos a medir anticuerpos neutralizantes es lo que nos interesa, ya sea por vacuna o protección natural de una persona, solo se puede tener una evidencia con la prueba de neutralización por reducción de placas, esto requiere de un nivel de bioseguridad muy alto y no lo hacemos en el país porque es de mucho riesgo”, afirmó Aquino.

Por su parte, la Dra. Graciela Russomando, señaló que los kits comerciales para analizar anticuerpos tuvieron y tienen su utilidad, ya que fueron fabricados inicialmente para saber si una persona se infectó o no de covid-19 y para el plasma de convalecencia.

“Cuando no vean el anticuerpo cuando se van a hacer un análisis no quiere decir que no sea buena, no quiere decir que no tengan, porque el kit no asegura que es una respuesta realmente protectora e inmunizante. Cuando alguien dice: ‘Yo me fui con alguien para hacernos la prueba y nos vacunamos con la misma vacuna y a mí me sale 5 y a ella 1000′, quiere decir que tu amigo o amiga se infectó con covid-19 y que al aplicarle la vacuna ésta hizo como un booster (un refuerzo), le activó, entonces esas personas que tienen infecciones previas y luego se vacunan y miden el anticuerpo son personas que tienen títulos altísimos, esa es la gran diferencia entre los que tienen títulos muy altos y muy bajos”, destacó Russomando.

Las profesionales hicieron énfasis en que la tarea de las vacunas es producir una inmunidad adaptativa que tenga memoria y no una inmunidad natural. Lo que se logra con la vacuna es la base, una fuerza inmunológica en respuesta a un germen que ya estuvo en contacto con una inmunización, evitando que una persona desarrolle la forma grave de la enfermedad y su posterior hospitalización o muerte.

“No es 100% para evitar la enfermedad, sí para evitar formas graves y hospitalizaciones, generalmente a los 21 días de aplicada la primera dosis ya se genera una cierta cantidad de anticuerpos, lo que se ha visto con la Sputnik según fabricantes es que el mejor ‘booster’ se obtiene cuando se espacia más la aplicación de la segunda dosis. Las personas sí pueden infectarse y otra vez depende de las comorbilidades y la inmunología de cada ser humano. Los estudios dicen que el mejor booster o refuerzo se da en personas que ya tuvieron la enfermedad y han sido vacunadas completamente”, agregaron.

En cuanto a una persona que ya haya recibido la vacuna y a los días próximos se infectó, quiere decir que prácticamente no tiene buenas defensas y no hubo tiempo para la maduración inmunológica. En este sentido, toda persona que se haya infectado, debería de esperar unos 30 días de no tener síntomas para poder aplicarse la segunda dosis. Para asegurar una buena respuesta de defensa, deben aplicarse las dos dosis, es el caso de las vacunas que fueron preparadas para una doble aplicación.

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