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Fabio Villalba es productor de variedad de hortalizas que las comercializa en varios sectores, también cultiva tomate, locote y también cultiva para el autoconsumo mandioca, maíz, poroto y otros.
Fabio nos dice que la producción para el autoconsumo es lo más importante para el sustento de las familias. De su comunidad, siete de ellas tienen una huerta comunitaria de una hectárea de donde todos consumen y también cosechan para la venta que genera ingresos económicos. “Lo más importante es la producción de alimentos sanos para nuestros hijos, para la familia. Es la mejor muestra de amor que podemos darles”.
Sin embargo, la pequeña cadena productiva también tiene sus desafíos. “Nos afectó mucho la pandemia en el tema de la comercialización, para poder circular nuestros productos por los protocolos sanitarios. Nosotros teníamos muchas ofertas para participar en ferias y llevar nuestros productos. Teníamos clientes dueños de restaurantes con quienes trabajábamos antes de la pandemia y después muchos cerraron sus locales porque les afectó la crisis económica”.
<b>ANDE no llega a la comunidad</b>
En su lucha por ofrecer una mejor calidad de vida a sus hijos, también encuentra obstáculos. Villamba comenta que hace más de 6 meses vienen tramitando tener electricidad en la comunidad. Si lograron tener un pozo artesiano, un esfuerzo de la comunidad, que funciona a motor con gasolina. “Las familias nos unimos y presentamos todos los documentos, llenamos los requisitos y solicitamos a la Ande que nos provea de electricidad ; hasta hoy día no vienen”, refiere.
“Necesitamos de la electricidad para poder trabajar, acá no podemos tener congeladores y heladeras por la precaria instalación de electricidad que tenemos. Siempre son promesas; nos habían prometido hace dos meses que se cumplió este 14 de junio, pero no vinieron. Nunca hay una respuesta concreta de parte de la Ande”, dice este acongojado padre quien principalmente se preocupa por el bienestar y la calidad de vida de sus hijos.
“Como padres de familia, como productores agroecológicos pensamos en la alimentación de nuestros hijos, buscamos siempre la manera de producir alimentos sanos. En estos tiempos difíciles aliento a todos los padres que cuiden a su familia. Nosotros le enseñamos a nuestros hijos a conocer el trabajo de la producción, para que vayan valorando y al mismo tiempo disfrutando de la tierra, la siembra, conocer de dónde vienen los alimentos que comemos. Fortalecer la familia y enseñarle a niños a conocer ese tipo de cosas es muy importante”, enfatiza.
Además señala que trabajan muy poco con las instituciones del Estado porque hay mucha burocracia, “no confiamos mucho, trabajamos mejor de manera independiente. Ahora estamos trabajando con Orgánica Paraguay y estamos por conseguir la certificación de nuestros productos agroecológicos y orgánicos”.
<b>Don Pedro y su artesanía en Karanda´y</b>
Pedro Ortiz, tiene 51 años, es de Limpio y desde los 7 años hace artesanía en karanda’y. Se inició en el oficio con sus padres y hoy transmite junto a su esposa María, la tradición a sus cinco hijos: Dahiana Lucía, Beto Daniel, José Domingo, José María y Miguelina Montserrat.
Gracias al esfuerzo de su trabajo todos ellos terminaron el colegio y fueron a la universidad. Aunque don Pedro fue al colegio salesiano, finalmente prefirió dedicarse a la producción de la artesanía en karanda´y. Desde que viene participando en el Feria de la Red Agroecológica aumentó su venta y los pedidos de sillas, mesas, bolsos, decorado de espejos y más han ido creciendo con el tiempo.
En ocasiones los superpapás no tienen capas, pero sí el superpoder de ingeniarse para sacar adelante a su prole de manera significativa y respetando al medioambiente, lo que les convierte en héroes. A ellos se los podrá encontrar mañana en la feria de la Red Agroecológica en la Plaza Italia, desde las 9:00.