Cargando...
Teófilo Marcial Recalde Princigalli, alias “Negro’', nació el 22 de agosto de 1949 en la ciudad de Concepción. Fue el mayor de ocho hermanos; se recibió de médico en la UNA a los 23 años con mucho esfuerzo y dedicación.
Ya con el diploma en mano, le nació su amor por la medicina familiar (o clínica como también se la conoce). Esposo de Blanca Lila Lagraña, papá de cuatro mujeres (Natalia, Blanca Lila “Chiqui”, Andrea y Karina) y abuelo de cuatro niños, era conocido como ’'El medico de los pobres’'. ¿Por qué? porque cobraba por consulta un “costo social”, G. 30 mil, muy por debajo de lo que normalmente se cobraría en un sanatorio privado.
Este trabajo lo realizaba diariamente en su consultorio ubicado en Zona Sur de Fernando de la Mora, en la calle Pitiantuta y Amistad. Ahí, acudían a todo tipo de pacientes desde niños, niñas, embarazadas y personas de la tercera edad buscando alivio a sus dolencias. Así permitía que todos puedan acceder a una atención de calidad y a quienes no contaban con recursos para pagar sus medicinas, el se las daba de manera gratuita.
En medio de sus tareas, pese a todas las medidas de protección, no evitó contagiarse de covid-19. Una vez que dio positivo, tomó todos los recaudos para no contagiar a su familia. Luego, la situación fue empeorando y tras 21 días de internación de marzo a abril de este año, y luchar hasta el final, falleció. Su familia dice que “Dios tuvo mejores planes para él y emprendió viaje al cielo”.
“Siempre fue un papá cariñoso, malcriador pero exigente, marcaba las pautas aunque a veces las cuatro le pasábamos en número e intensidad. Tenía una relación diferente y cómplice con cada una de nosotras y al mudarse dos de sus hijas a Ciudad del Este el desapego costó, pero a la vez supo comprender que era por un futuro mejor. Las videollamadas no faltaron todas las noches, religiosamente después del consultorio era el momento de hablar con la ‘Negra’, su esposa, y Rocío, siempre atento a cada paso que dábamos en la vida” relató Karina Recalde, hija del doctor.
Muy familiero
Sus hijas, muy emocionadas contaron que Don Teófilo siempre fue muy familiero, su actividad preferida eran los almuerzos de domingo en los que temprano iniciaba con un mate y buena música, luego toda la familia se dirigía a la mesa y el disfrutaba del tumulto acompañado de una copa de vino “una esposa, cuatro hijas, tres yernos y cuatro nietos, es fácil de imaginar cómo eran esos almuerzos” rieron.
La vacuna llegó tarde
“Lastimosamente la pandemia nos sacó lo más preciado que teníamos, por su amor al trabajo y seguir ayudando a los que más necesitaban, él se contagió a pesar de los protocolos de cuidado, los cuales los cumplía al pie de la letra. Nos cuidaba tanto a todos que no contagió a mamá ni a ninguna otra persona, hizo todo lo que pudo, se medicó a tiempo se internó a tiempo, el proceso fue devastador, ya que ves como la persona que más amas se va apagando de a poco, lastimosamente siendo médico con más de 40 años de trayectoria la vacuna para el llegó tarde” expresaron dolidas las hijas.
Una despedida muy emotiva
“Sus pacientes lo adoraban, a todos recibía con una atención especial acompañado de boleros y música paraguaya, era un orgullo escuchar cómo se referían a él - es el único que siempre me acierta (en el diagnóstico) decían-” manifestó Karina Recalde.
Tanto lo querían al “Negro” que su despedida estuvo cargada de emociones, una caravana multitudinaria lo acompañó hasta pasar frente a su querido consultorio en la ciudad de Fernando de la Mora, donde estuvieron sus apreciados pacientes esperándolo con globos blancos, lágrimas y fuertes aplausos para rendir un homenaje al apreciado Dr. Recalde.
Un Día del Padre cargado de lindos recuerdos
“Este día del padre para nosotras va a ser triste así como para muchos que seguro pasaran por lo mismo, solo nos queda recordarlo como lo que fue un ¡PAPÁ! con todas las letras, su carisma y amor quedará por siempre plasmado en nuestros corazones” puntualizó Karina.