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-¿Cómo se sostiene la criminalidad en torno a la marihuana?
-Se busca mantener la fortaleza de una alianza de negociados y narcopolítica. Nuestro país es el mayor productor en América del Sur y el cuarto a nivel mundial. Para mantener este esquema el grado de corrupción que se necesita es extremo. Definitivamente existen intereses detrás. Hay poderes interesados en mantener la marihuana como soporte económico de la corrupción.
-¿Cómo maneja nuestra región el comercio en torno al cannabis?
-La semana pasada, Argentina abrió el cultivo de cannabis y la producción de aceite medicinal, a través de un decreto presidencial. En Brasil se creó una comisión parlamentaria para estudiar las alternativas de producción, fue aprobado el proyecto en esta instancia y ahora el documento será estudiado por la Cámara de Senadores. El proyecto tiene como objetivo promover la producción y comercialización del cannabis.
-¿Cuál es el negocio potencial con Brasil, pensando en cannabis medicinal?
-Si Paraguay se abriera a la producción de cannabis medicinal, mucho capital brasileño vendría aquí. El riesgo es que Brasil abra su mercado interno a la producción. Esta es una gran oportunidad que tenemos, pero es por tiempo limitado. El cannabis es una gran industria y todo depende de cómo el país mueva sus fichas porque no tenemos chance ante Brasil si inicia la producción e industrialización.
-Es una oportunidad para miles de familias que hoy cultivan en la clandestinidad.
-Nuestro campo está abandonado. El monocultivo es una realidad. La corrupción en torno al narcotráfico dejó en el abandono al campesino. Y el cannabis puede ser una barrera de dignidad económica para que no se vea sometido ni al latifundio ni al poder del narcotráfico. Esta es la oportunidad antes de que un imperio industrial como el Brasil se prenda a la marihuana. O antes de que la Argentina comience su proyecto. En estas condiciones seremos furgón de cola.
-Paraguay mantiene un esquema de corrupción.
-Paraguay es el cuarto productor mundial de cannabis. Nuestro problema es mucho más serio y deberíamos abordarlo de otra manera, por eso la propuesta es única e inequívoca: la total descriminalización de la marihuana ¿En manos de quién vamos a dejar la regulación? ¿De la Senad, para que siga el esquema de extorsión o te metan 20 tipos con fusiles en tu chacra? En Granja Madre todo fue a la luz pública, con autodenuncias ante el Ministerio Público. Nuestro trabajo con el cannabis medicinal es casi una postura política, una invitación al debate.
-Cuarto productor mundial certifica el fracaso de la represión.
-¡Claro que sí! No es casualidad que el jefe de la Senad en Itapúa sea descubierto coimeando 50 mil dólares. Es el mismo esquema que se impuso en todo el país. Las familias campesinas viven extorsionadas por las autoridades y por los narcotraficantes. Vivir en un país donde se cultivan 20 mil hectáreas de cannabis dice que hay economías enteras que viven en la ilegalidad.
-Al final, todo es una cuestión de negocios…
-En la medida que se acaba el negocio, se acaba Senad. No es un tema de moral. Hay que hablar de negocio, de cómo competir con el negocio de la marihuana ilegal, la corrupción y las coimas.
-Con este marco tenemos poca chance de salir de la producción ilegal.
-El primer paso es sentarnos en una mesa y visibilizar el problema. La comunidad de Agüerito, en San Pedro, inició el cultivo de cannabis para que se vea cuál es el problema. Basta con sobrevolar un drone en esa zona y veremos centenares de hectáreas con cultivos de marihuana. Lo mismo pasa en todo el norte del país, esta realidad no se puede negar. Se tiene que hablar en serio, se tienen 15 mil familias viviendo bajo extorsión. La economía del norte del país depende de la marihuana.
-¿Hay oportunidades?
-Tenemos que sentarnos para hablar de la realidad que afecta al país. Necesitamos una mesa de reunión para sacar adelante una gran oportunidad para el Paraguay así como otros países ya lo están haciendo. Tenemos a Uruguay, socio del Mercosur, como ejemplo, mientras aquí la Senad juega a machetear las plantas.
-¿Yendo a un narcoestado?
-Somos un país marihuanero. Paraguay es un narcoestado. Tenemos senadores, diputados, gobernadores financiados por narcotraficantes. Policías, agentes de la Senad, fiscales, jueces corruptos. Nunca se agarra a gente con poder político porque tienen impunidad, como resultado de la corrupción. El Paraguay fue permeado por el narcotráfico. Esa es nuestra realidad y no hay forma de ocultar.
-¿Legalizar la marihuana es una oportunidad para dejar de serlo?
-Paraguay es muy frágil institucionalmente, muy corrompido. Tenemos que ir ganando espacios sostenibles para recuperar las instituciones. De lo contrario no se podrá sostener en el futuro. La marihuana recién está empezando y Paraguay puede revolucionar su economía a través del cannabis. No lo va a hacer Brasil, tampoco Argentina, ni Colombia. Son países que van a modificar el 1 por ciento del PIB con el cannabis porque tienen otras alternativas económicas. En Paraguay, en cambio, la marihuana ya es un gran porcentaje de su economía real. En el norte, el cannabis es la única opción para miles de familias campesinas. Y lo peor es que se trata de una economía subterránea. La legalización de la marihuana tiene que llegar al productor campesino, es una oportunidad para cambiar nuestra historia social.
roque@abc.com.py