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Según el informe, los préstamos destinados a los hogares, tanto para consumo como vivienda, vienen desacelerándose, al tiempo que el riesgo de crédito se incrementó por el menor ingreso de los deudores. La morosidad para préstamos de consumo pasó de 5,5% (marzo de 2020) a 6,8% (marzo de 2021), en cuanto a las deudas por vivienda mantienen una mora del 3,8%.
En líneas generales, el indicador de riesgo de crédito de todo el sistema mostró una mejora desde el último informe, con una reducción en la tasa de morosidad total. En contrapartida, el endeudamiento corporativo mantuvo su dinámica al primer trimestre del año, y con un retroceso de los niveles de morosidad. Según explicó Diego Duarte, miembro del Directorio del BCP, la contención de la tasa de morosidad se dio por efecto de las medidas crediticias excepcionales en el marco de la emergencia, por lo que se podría esperar un aumento de la mora en adelante cuando el mercado vuelva a las condiciones normales.
Finalmente, las pruebas de tensión aplicada a las entidades indican que el sistema financiero mantiene una posición de solvencia adecuada, tras simular shock extremos, incluida la crisis actual, hasta escenarios de baja probabilidad de ocurrencia en nuestro mercado.