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FILADELFIA, Chaco Central (Natalia Ortiz, corresponsal). Sin sospecharlo, ese grupo de seis expedicionarios comenzaba a escribir uno de los capítulos más importantes de la historia de la inmigración menonita en Paraguay.
Para conocer el origen de la colonia Menno en el Chaco paraguayo se debe retroceder el tiempo hasta la Reforma religiosa del siglo XVl, hacia el año 1525, cuando varios hombres se juntaron para iniciar un estudio detallado de la Biblia y comenzar a vivir de acuerdo a la comprensión que ellos tenían de las Sagradas Escrituras. Estas ideas pronto motivaron persecuciones implacables de los gobiernos y de las iglesias existentes en esa época, por lo que se esparcieron por Europa del Norte, huyendo de las torturas y de las muertes.
Seguidores de Menno
El exsacerdote católico llamado Menno Simons, que vivía en los Países Bajos, se unió en el año 1536 al movimiento y se bautizó, convirtiéndose en líder de muchos anabautistas perseguidos. Por su nombre, Menno, la comunidad reunida por él fue llamada “mennonita”.
Del norte de Europa, un grupo pasó por Prusia-Polonia. Después se instaló en el sur de Rusia por invitación de la zarina Catalina II La Grande.
En Rusia se introdujo el servicio militar obligatorio, la mayoría emigró hacia América del Norte, más precisamente a Manitoba, Canadá. Allí pudieron vivir en paz un tiempo, practicando su fe, el idioma y teniendo escuelas propias.
Pero durante el periodo de la Primera Guerra Mundial se creó una ley que prohibía el idioma alemán, obligaba a todos a ir netamente a escuelas públicas, eliminando de esa forma las clases de religión. También debían enrolar a los jóvenes en el servicio militar, lo que motivó a comenzar la búsqueda de un nuevo país, y suena “Paraguay” como una opción.
Cruz Pionera
La expedición menonita que llegó de Canadá, integrada por Fred Engen, Jakob Duerksen, Bernhard Toews, Isaak Funk, Jacob Neufeld, Johan Friesen y Johann Pries accedió por la vía férrea los primeros kilómetros desde Puerto Casado al interior del Chaco. Desde Punta Riel, en el km 60, siguieron el camino con caballos y carretas a tracción de bueyes para analizar la posibilidad de colonización. El 20 de mayo del año 1921, en un enorme Urunde’y, ubicaron una cruz como símbolo de que habían llegado a ese lugar lejano y que volverían para convertirse en vecinos de los indígenas y colonizar el Chaco.
La cruz de los expedicionarios fue hecha en ese entonces por José Casado, dueño de la empresa Carlos Casado en esa época. Significaba la entrada de gente de fe cristiana al interior del Chaco.
Una media luna se encuentra encima de la cruz y representa la civilización occidental, que entraría con los menonitas en estas tierras aún no exploradas por otras culturas occidentales. Es interesante la combinación propia de la gente que llevó la cruz, ya que fue hecha por personas de fe católica, pero llevada al Chaco por personas de la fe protestante. Lo curioso es que hay una historia de persecución como antecedente, pero en este caso se unieron bajo la misma causa. La cruz expedicionaria original se encuentra en el Museo de la Colonia Menno de Loma Plata.
Formación de colonias
Finalmente, tras más de seis meses, los expedicionarios volvieron a Canadá para dar las buenas nuevas y desde allí, luego de negociar la compra de tierras y las condiciones de asentamiento, comenzaría la inmigración menonita en masa al Paraguay en los años consecutivos, fundándose así la Colonia Menno. Años después la colonia Fernheim y, por último, la Colonia Neuland, hoy comunidades sólidas de crecimiento sostenido y fuerte base económica en la Región Occidental.
Mensaje presidencial
El entonces presidente de la República de Paraguay, José P. Guggiari, escribió el 15 de setiembre de 1928, refiriéndose a la fundación de la Colonia Menno en el Chaco paraguayo: “El Gobierno del Paraguay y el país entero contemplan el empeño de los mennonitas con honda simpatía(…), deseo aprovechar esta auspiciosa oportunidad para desearles ventura en su empresa y dicha en sus nuevos hogares…”.