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La feria hortigranjera Agroshopping, que se desarrolla cada martes desde julio de 1998, se inició con un grupo de pequeños productores agrícolas que habían participado en un seminario sobre horticultura, organizado por la Misión Técnica de Taiwán, con especialistas del Ministerio de Agricultura y Ganadería y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNA, en el local de ABC Color, según recordó en una entrevista el horticultor de la zona Central, Eligio Benítez, que comercializa desde ese entonces sus productos en la feria.
En dichas jornadas de capacitación, que fueron impulsadas por el doctor Peter Matias Gibert, se había concluido, entre varias cosas, que uno de los desafíos más importantes para salvar la horticultura, en ese tiempo, era que los agricultores puedan encontrar canales de comercialización, sin intermediación. Se debe considerar que cuando se inició el Agroshopping, hace 23 años, el supermercadismo paraguayo todavía no se había desarrollado ni el 10% de como hoy lo conocemos, con más de 250 grandes locales de 53 razones sociales, agremiadas a la Capasu.
En ese tiempo, el concepto de ventas de verduras y frutas estaba relacionado casi exclusivamente con desordenados mercados populares y la oferta de unas pocas variedades de verduras y hortalizas.
El productor Eligio Benitez destacó que con la capacitación que recibieron aprendieron a cultivar nuevas variedades de hortalizas, de las diferentes especies, verduras de hoja, frutos, bulbos, raíces, entre otros, pasando, de unas 8 variedades que conocían en sus huertas, a ofrecer en el Agroshopping más de 40, entre todos los integrantes de los grupos de producción y comercialización que conformaron.
Destacó que el hecho de contar con un mercado seguro les permitió tener el aval adecuado para obtener crédito y así equipar con tecnología sus fincas, con sistemas de riego, pozos artesianos, equipos de bombeo, invernaderos, coberturas de media sombra y herramientas diversas para facilitar los trabajos en la huerta.
Enfatizó que el Agroshopping es un mercado premium, con precios convenientes tanto para los productores como para los consumidores, porque al evitar la intermediación, el agricultor obtiene mayores ganancias y el consumidor adquiere mayor calidad al precio justo.
Por otra parte, Zunilda Salinas de Alcaraz, que posee su finca en J. Augusto Saldívar y comercializa sus cosechas en el Agroshopping, dijo que la huerta de su familia posee cuatro hectáreas y que también venden en otros lugares, pero que en la feria del Mariscal es donde obtienen mayores ganancias, por la buenas ventas, por la demanda de calidad y variedad por parte de sus visitantes, lo que le exige en producir cada vez mejor.
También conversamos con Saúl Miranda, productor de Central, en la zona del Km 26 de la Ruta I. Explicó que la finca de su familia no es grande, posee unos 100 metros por 50 metros, cerca de media hectárea: pero que gracias a las capacitaciones y al acceso a tecnología, invernaderos, riegos, semillas mejoradas, fueron aprendiendo a producir cada vez con mayores rendimientos, mejor calidad y cosechando no solo en las épocas tradicionales, sino durante la mayor parte del año, impulsados por la demanda constante que le genera cada semana el Agroshopping.
Recordó que fue su padre, Eduardo Horacio Miranda, quien empezó a vender sus cosechas en el Agroshopping, pero recién después del segundo año, es decir, desde 1999 y actualmente, su padre gerencia la producción, en la finca.
A su vez, Neri Aranda, horticultor, de J. Augusto Saldívar, destacó que una de las ventajas del Agroshopping es que los productos ofrecidos son frescos y de alta calidad, se cosecha entre la noche y la madrugada y se traen directo de la finca para que el consumidor lo pueda llevar a su mesa.
Negocios de circuito corto
Las ferias hortigranjeras como el Agroshopping son modalidades de negocios denominados de circuito corto de comercialización, en las que productores individuales u organizados realizan venta directa a los consumidores, explicó el director de Comercialización del MAG, Ing. Aníbal Roa.
Destacó que son verdaderas escuelas de aprendizaje para la comercialización, donde los productores adecuan la oferta a las exigencias del mercado y ganan en competitividad.