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Luciana Ríos, hija de don Fabián, fue hoy hasta el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) para reprochar la inoperancia del Gobierno en la adquisición de las vacunas anticovid. Con carteles en mano, su protesta acaparó las redes sociales.
“Ayer justamente hizo un mes que mi papá falleció y como uno ve en las redes que todos sus familiares se vacunan, todo el mundo festeja, me agarró esa rabia interna”, dijo Luciana Ríos en conversación con ABC Color. Explicó que el enojo no es porque otros accedieran a las dosis, sino porque el Gobierno de Mario Abdo Benítez fue inoperante para inmunizar a adultos mayores como su padre.
Si bien mencionó que el posteo en redes lo hizo como un “descargo personal” y también para ser la voz de familiares que están en el interior, miles de personas se sintieron identificadas y lo compartieron. “Como diría mi papá: para hacer un poco de quilombo, para que se escuchen al menos nuestras voces”, refirió.
“Esa rabia interna me hizo hacer esta protesta, en el día que le hubiese tocado a él. Entonces, le rendí honor a mi papá; es la única forma que encontré”, agregó Luciana, que comentó que su padre no solo fue víctima de la inoperancia en la provisión de vacunas, sino también en la atención médica, puesto que jamás llegaron a obtener una cama de terapia intensiva para que pudiera luchar en condiciones más favorables contra el virus.
“Estuvo internado como cinco días en los pasillos, como todos los mortales que ingresan y luego tuvo una desmejoría y se le trasladó a lo que ellos llaman una sala terapizada”, recordó Ríos, destacando que la lucha sin acceder a una verdadera sala de terapia hizo que en nueve días el virus se lo llevara.
“Como tres o cuatro veces nos llamaron como para decirnos que necesitaba (él) terapia urgente”, pero pese a las gestiones y haber aportado durante toda su vida a la previsional, no pasó del puesto 140 en la lista para tener una cama”, relató la joven.
Su padre, Fabián Ríos, era un técnico en electrónica que se acogió a la jubilación voluntaria, pero aún así tenía miles de proyectos de vida, desde ser carpintero, herrero, o todo lo que se requiera en la casa.
Luciana agregó que a todos sus sentimientos se suma “esa rabia interna de que cumplió a cabalidad la cuarentena, desarrollando nuevos oficios en su vida, viendo para no salir y no alcanzó el esfuerzo, ni la infraestructura le ayudó”.
Finalmente, pese a toda la desilusión, la familia aún guarda la esperanza de que su madre pueda acceder a la vacuna, aunque ven, como muchos compatriotas, lejana esa posibilidad por la lenta llegada de nuevas dosis y el desorden con que actualmente se maneja el Gobierno de Abdo Benítez.