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El principio de incendio se produjo detrás de la sacristía, debajo de una escalera, donde había una heladera en funcionamiento, al lado de un depósito con enseres de limpieza y bioseguridad. El electrodoméstico y las gradas quedaron carbonizados. El humo y el hollín cubrieron el templo principal y llegaron incluso hasta el frente de la Catedral, afectando el retablo, las imágenes de santos y el órgano de unos 6.000 tubos adquirido de Italia hace unos cuatro años.
El párroco señaló que durante la reunión de ayer las autoridades se comprometieron a poner en condiciones la Catedral para que pueda habilitarse nuevamente.
El incendio afectó principalmente el sistema eléctrico, ya que se quemaron y se soltaron cables, incluido el que proviene de afuera. Wiens se comprometió a tramitar que la ANDE refaccione lo necesario, indicó Roa.
Así también, especialistas de Obras Públicas y Cultura intervendrán en la limpieza de la Catedral. “Hay cosas que nosotros estamos haciendo y cosas que ellos van a hacer con especialistas. Obras Públicas va a enviar gente para empezar a limpiar el retablo, los santos, que tienen sus años, no se pueden limpiar así nomás. El órgano de tubos también, porque le entró hollín. Son casi 6.000 tubos que hay que poner en condiciones para su uso”, detalló Roa. Calculó que estos trabajos podrían llevar poco más de una semana.
Mientras, las misas están suspendidas. El párroco señaló que están analizando la posibilidad de desarrollar los oficios religiosos en el atrio de la Catedral, ya que por un lado están sin energía eléctrica y por otro lado, dentro del edificio sigue siendo denso el hollín, por lo cual el ambiente no es saludable.
Entretanto –señaló el párroco– en Obras Públicas y Cultura se estarían analizando el protocolo y el proyecto necesarios para las refacciones que urgen en el edificio histórico. Se realizarían a través de una licitación de Obras Públicas, según el padre Roa.
En la iglesia, el techo, con postes de karanda’y, necesita reparación urgente, al igual que paredes roídas, puertas y ventanas destrozadas. El edificio empezó a construirse en 1842 durante el gobierno de Carlos Antonio López.