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El siniestro se desató cerca de las 12:45 de ayer en la parte trasera de la Catedral, ubicada en Yegros esquina Comuneros, según el informe de la comisaría 5ª de Asunción. Fue después de que los responsables del templo metropolitano cerraran y aseguraran todas las puertas hasta que se percataron que una densa humareda emanaba del añejo edificio.
Los empleados de la Catedral rápidamente alertaron a los transeúntes y las personas que momentáneamente están apostados en la plaza de la Independencia. Cuando llegaron los primeros colaboradores de la parroquia, se vieron obligados a forzar las cerraduras para abrir las puertas para ingresar al sitio y tratar de apagar las llamas que, según informó después la Policía, se habían iniciado por un cortocircuito producido en una heladera que estaba instalada en la Sacristía.
El fuego afectó una escalera y una columna fabricadas de madera, que se encontraban cerca del altillo. Todos los esfuerzos efectuados fueron en vano debido a que la Catedral no contaba con ningún elemento de prevención contra incendios; ni siquiera había extintores y se tuvo que esperar la llegada de los bomberos, quienes tardaron unos diez minutos en aparecer.
Cinco carros hidrantes de los bomberos de la Policía Nacional y del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP) participaron de los trabajos para contener el incendio hasta que finalmente fue extinguido.
Patrimonio Nacional
Para tener en cuenta, la Catedral de Asunción no es solo de los católicos, sino de todos los paraguayos. Fue construida con el esfuerzo y la colaboración de todos los que habitaron en aquel tiempo el Paraguay. Los arzobispos de turno siempre reconocieron eso y decían que la jerarquía es solo administradora del momento.
“El año pasado, cuando hicimos la misa por la festividad de Nuestra Señora de la Asunción en la Costanera, había denunciado en la homilía la situación catastrófica de la Catedral”, afirmó el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, tras verificar la condición en que quedó el edificio histórico luego del siniestro.
“¿Qué esperan las autoridades? ¿Esperan que suceda un desastre”, cuestionó el prelado.
“No asumen lo que tienen que asumir. Este es un patrimonio nacional y ustedes ven la suciedad, por ejemplo. La Iglesia hace lo que puede, pero no podemos tocar ni un clavo de ahí porque está el Ministerio de Educación y la Secretaría de Cultura, pero nunca aparecen”, refirió el principal referente de la Iglesia Católica en nuestro país, después del desastre.