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El mundo del ciclismo paraguayo está de luto. En este caso, al hablar de ciclismo, no se hace referencia a un deporte de élite, sino a un colectivo al que le gusta pasear en bicicleta en la ciudad o en el campo, a familias enteras que le llevaban a reparar desde el triciclo del más chiquito de la familia a la bici más sofisticada; y hasta al competidor de carreras de ecoaventura que solo confiaba en él para que pusiera a punto su bicicleta para una competencia.
Nelson era un ciclista apasionado, que durante la semana atendía su pequeño taller sobre la calle Lillo, el mítico Bicimanía. Por años estuvo ubicado frente al Hospital Universitario, hasta que se mudó cerca de Madame Lynch, pero siempre en sus dominios, donde era referencia absoluta.
Y cuando llegaba el fin de semana se transformaba en comandante de una legión de bicicleteros a quienes llevaba a pedalear por los caminos más recónditos de diversos departamentos del país.
Sumamente solidario y querido en el ambiente ciclístico, cerraba cada año con un paseo al cual había bautizado “Papa Noel en bicicleta”, que se realizaba los 24 de diciembre al atardecer. Cuando la mayoría está preparando la cena familiar, en la peluquería o haciendo compras de último minuto, el se ponía al frente de todos los ciclistas que se quisieran sumar para llevar regalos a los chicos de un hogar o de un barrio necesitado.
Una caravana de ciclistas lo acompañará
Hoy en los grupos de ciclistas todo es congoja. No hay quien no tenga unas palabras de pesar y cariño hacia el hombre que a muchos enseñó a amar las bicicletas; o quien no recuerde una anécdota con él, donde son protagonistas su calidez humana, sus bromas o su ingenio para poner a andar de nuevo una bici herida de muerte.
Nelson -que el 5 de mayo escribía por última vez en su cuenta de Facebook que anhelaba el alta médica y se alegraba de que su hijo Diego hubiera vencido al Covid- es velado en su pequeño taller, humilde como él, el lugar donde se ganaba el pan. Una caravana de ciclistas se organiza para acompañarlo a su última morada, mañana. Partirán a las 10 desde Bicimanía, en Lillo casi Coronel Escurra, para ir hasta el Cementerio del Este.