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La pandemia causada por el covid-19 generó un aumento de los cuadros de ansiedad, angustia, depresión y estrés postraumático en la población. Según los últimos datos proveídos por la OPS, Paraguay se encuentra en el cuarto lugar en Latinoamérica con un total de 332.628 personas que padecen depresión, lo que representa una tasa del 5,2% en la población.
Silvana Barba Recalde, psicóloga y psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica de Asunción (APdeA), comenta que no todas las personas logran pedir y recibir ayuda psicológica adecuada. “Tiene que desplegarse todo un mecanismo de protección, atención y prevención de salud mental que aún no está siendo articulado adecuadamente como política de Estado. Esta limitación tiene un impacto desfavorable para las personas, las familias, para toda la sociedad”.
–¿Quiénes acuden más a las consultas?
–Acuden a la consulta los que tienen la capacidad de darse cuenta de esta desorganización, desintegración mental y son más conscientes de sus síntomas, de que no están bien mentalmente y piden, buscan y encuentran la ayuda adecuada.
Otros que acuden a consulta son quienes se encuentran en entornos o vínculos que tienen la capacidad para darse cuenta de que esas manifestaciones sintomáticas que se están presentando en la persona deben ser encaminadas hacia un espacio profesional adecuado y ofrecen, buscan, encuentran y facilitan ese espacio de ayuda profesional. También acuden a consulta algunas personas que son derivadas por médicos u otros especialistas de la salud. Pasar por una situación traumática es pasar por un estado emocional que produce angustias y ansiedades que debemos enfrentarlas.
–¿La salud mental necesita mayor inversión?
–Sí. Se debe contar con profesionales especializados en salud mental en todos los centros asistenciales, no solo para el trabajo en consultorio, sino para el trabajo comunitario y de prevención. La salud mental debe llegar a todos los espacios del país, no solo a las grandes urbes o centros asistenciales mejor dotados. Es imposible que no nos afecte, todas las pérdidas y los cambios que se están dando son reales y a todos nos toca directamente.
–¿Qué hacer?
–Estamos pasando por un momento de mucha vulnerabilidad, pero también de oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos y evolucionar como sujetos, volvernos más adecuados, más asertivos, más maduros, no importa la edad o la etapa evolutiva en que nos encontremos. Tenemos que sacar, mover y disponer de los mejores recursos emocionales que tenemos en nuestro interior, usar modelos de cuidado y protección que nos sirvan de referentes mentales para contenernos y contener en estos momentos de pérdidas, cambios y dolor.
Estos son momentos de espera, de incertidumbre hay un dolor real existente y depende de cada uno no agregar dolor innecesario, este es el que nos enferma. Para atravesar por estos momentos es necesario hacerlo con nuestras mejores capacidades y recursos creativos, no agregando más dolor. Colaboremos con nuestro estado emocional, necesitamos desear auténticamente cosas buenas para nosotros. Aprendamos de nuestras experiencias para evolucionar.