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El 15 de abril de 2020, la niña desaparecía literalmente del complejo habitacional denominado “Monte Pacará”, situado en la compañía Isla Alta de la ciudad de Emboscada, departamento de Cordillera.
La pequeña vivía con su hermana de 10 años, su madre y un alemán, pareja de su progenitora. Llamativamente, la denuncia del hecho se hizo recién 24 horas después.
La Policía y el Ministerio Público intervinieron y luego de 48 horas, con otros departamentos policiales especializados se inspeccionó el lugar.
Los investigadores no encontraron rastros de la niña. Ni uno solo,. Nada que explique lo que pasó.
“Se cumple un año de la desaparición de mi nieta y es la hora que no tenemos un resultado. La policía y la fiscalía yo creo que no tienen nada para llegar a ella”, dijo el abuelo a ABC.
Añadió que solo hay “papelitos, papelitos, estamos llenos de papelitos y nosotros no queremos eso”.
El 4 de mayo fue detenida la mamá, junto a su pareja, el ciudadano alemán; más adelante fueron imputados por violación del deber de cuidado y abandono. En esta causa, el equipo fiscal conformado por Lorenzo Lezcano, Gedeón Escobar, María Irene Álvarez y Carlos Maldonado, se encuentran en plenos preparativos para la presentación de la acusación contra la mama que cumple la prisión preventiva en Ciudad del Este y el europeo que está en una prisión de Villarrica.
El trato que brindaban a la niña y la poca colaboración de parte de sus tutores llevó a la fiscalía a impulsar un proceso por este delito.
La fiscalía luego imputó por pornografía infantil a su padrastro. Los fiscales tienen tiempo de acusar hasta el mes de julio.
Pese a todo nunca se logró obtener una pista cierta, sobre todo, de parte de sus tutores. “En este tipo de casos uno espera la colaboración inmediata de los progenitores, de la madre en este caso, con quien estaban las dos criaturas, pero nosotros no pudimos tener informaciones realmente importantes”, dijo a ABC el comisario César Silguero, coordinador de la pesquisa.
Agregó que la prueba de ADN sería de mucha ayuda para determinar si las manchas de sangre son o no de la niña. Dichas muestras biológicas se recogieron en uno de los tantos allanamientos que llevaron a cabo a lo largo de la pesquisa.
A esto, Max Narváez, abogado de la madre y del alemán, refirió que el largo silencio de sus respectivos clientes se debe a una estrategia de la defensa.
“La fiscalía esperaba que mis clientes declararan para traer otros documentos y volver a declarar. Entonces esperamos que se agreguen todas las pruebas para así declarar una a una sobre esas”, dijo Narváez.
El abogado aseguró que sus clientes también quieren saber qué ocurrió con la niña. Refirió que inclusive ofrecieron la recompensa de G. 350 millones en efectivo que fue ofrecida por datos ciertos sobre el paradero de la niña y reveló que la gratificación ya está arrojando algunos resultados, sin entrar en muchos detalles.
Narváez recordó en tal sentido que la recompensa no está disponible para los investigadores del caso, es decir, agentes de la Policía ni del Ministerio Público.
Lo concreto es que resulta inexplicable cómo la niña desapareció y constituye un misterio, a un año de ese hecho, el destino que tuvo.
Hoy, durante los programas de ABC TV, se emitirá el informe especial de este tema preparado por el periodista Ariel Espinoza, con imágenes del lugar, detalles de la investigación y notas con los protagonistas.