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Paraguay seguía en cuarentena total y miles de personas sufrían las consecuencias económicas, bajo la promesa de que el encierro serviría para equipar al sistema de salud pública.
En medio de la preocupación generalizada, la corrupción asestó una serie de duros golpes. El primero fue revelado el 11 de abril de 2020, hace exactamente un año.
Publicaciones en redes sociales comenzaron a alertar sobre un posible sobreprecio en la compra de tapabocas y alcohol en gel para la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), entonces encabezada por Édgar Alberto “Beto” Melgarejo Ginard.
El ente pagó G. 30.000 por cada barbijo y G. 50.000 por litro de alcohol en gel. Uno de los primeros en hacerse eco del caso fue el diputado Carlos Rejala (Hagamos), quien pasaría a conformar después la comisión de control de la Cámara Baja junto a otros legisladores de la oposición.
Días después, el empresario Ignacio Pidal rompería el silencio a través de ABC Cardinal para revelar que el mismísimo Melgarejo negoció la compra de tapabocas a G. 2.700 cada uno desde China. Esos mismos barbijos fueron vendidos luego a la Dinac por un precio diez veces superior por la firma Proyectos Global SA.
La empresa adjudicada estaba ligada a un esquema de firmas contratistas vinculadas con Omar Jaén Bohorques, denunciado por pago de coimas durante el gobierno de Horacio Cartes.
En el caso de la adquisición de las mascarillas por la Dinac de la empresa Proyectos Global SA, consistiría en que funcionarios infieles habrían utilizado como mecanismo para desviar indebidamente fondos públicos la figural legal de la compra de bienes en virtud de las normativas dispuestas en materia de Contrataciones Públicas y acordes a las nuevas directrices dictadas por el Gobierno ante las medidas sanitarias impuestas en el marco de mitigación a la propagación del covid-19, en todo el territorio nacional.
Para posibilitar este esquema, a través del cual se desviaron los fondos públicos, se habría utilizado a la empresa Proyectos Global SA, que –de antemano– a través de sus accionistas, habría tenido conocimiento acerca de la operativa para ofrecer las mascarillas que requeriría la Dinac y de esa manera completar el circuito del fraude.
Así también, se vio que figuran en las cajas que las fechas de vencimiento de las mascarillas datan del mes de setiembre de 2019. Es decir, que estaban vencidas, lo cual también hace presumir que el valor en el mercado de las mismas, al estar vencidas, jamás podrían tener el mismo costo que la Dinac pagó por ellas.
Agua tónica y tapabocas vencidos
Apenas seis días después, el 17 de abril, los diputados de la comisión de control denunciaron otras irregularidades en una compra de insumos realizada por la estatal Petropar.
La petrolera contrató por G. 359.700.000, a la firma Solumedic SA para la “adquisición de productos por emergencia sanitaria”, contratación que consistió en la compra de 3.000 tapabocas N95 a precio de G. 38.000 por unidad, muy por encima del costo estipulado por el Ministerio de Salud.
Además compró botellas de agua tónica por G. 25 millones bajo la excusa de que daba inmunidad.