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Gill Benítez bien tiene ganado su título de “mayor estafador del Paraguay”, no solo en base a sus antecedentes que lo llevaron a prisión, sino también porque no es la primera vez que es descubierto realizando este tipo de prácticas desde prisión.
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La habilidad del estafador para embaucar es realmente destacada, según la Policía, pues haciéndose pasar por el “Dr. Gill” llamaba a nosocomios, como por ejemplo al Hospital Universitario San Lorenzo, para conseguir datos de pacientes que luego se convertirían en sus potenciales víctimas.
Es así que conseguía informaciones certeras y creíbles, con las que luego pedía a familiares de pacientes graves de covid-19 girar dinero para supuestamente conseguir camas para asistencia de mayor complejidad en el hospital Ingavi del Instituto de Previsión Social (IPS).
El caso más sonado es el de una mujer que denunció que había hecho un giro de un millón de guaraníes en dos tandas para reservar una cama de terapia intensiva para su pariente que estaba grave en el Hospital Regional de Villa Hayes.
Luego de esta y otras denuncias, el Departamento Antisecuestro de Personas (DAS) de la Policía Nacional logró seguir el rastro de las llamadas hasta llegar al Penal de Concepción.
Un celular activo en su mano
A raíz de esto, esta mañana se produjo una requisa al Penal de Concepción, encargada por autoridades del Ministerio de Justicia. La ministra de la referida cartera estatal, Cecilia Pérez, confirmó a ABC Color que realizaron la revisión de la celda de Juan Gill y se incautaron de un teléfono celular que fue entregado posteriormente a Investigación de Delitos de la Policía que hará el peritaje correspondiente.
La ministra dijo que “Gill ya se paseó por todos los penales por este tipo de cosas”. “Está identificado y no es la primera vez que hace esto. Se intervino, se obtuvo el celular y se entregó por acta”, explicó Pérez.
“Le aislamos a él y le vamos a iniciar un sumario, y vamos a ver de trasladarle, pero no sabemos bien dónde llevarle”, puntualizó.
El hombre cuenta con dos antecedentes por extorsión del año 2006 y 2014, así como otro por robo agravado, sin dejar de tener en cuenta que en otros tiempos formaba parte de la banda del famoso asaltabancos Amado Ramón Benítez.
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Gill lideró desde prisión una banda dedicada a la extorsión, que fue desbaratada en 2017, donde no solo allanaron su celda e incautaron sus teléfonos celulares, sino también se detuvo a sus cómplices extramuros, que eran los encargados de retirar el dinero de las víctimas.
No se descarta la complicidad de funcionarios penitenciarios, que habrían colaborado con las operaciones de Gill desde la prisión.