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El año pasado, atendiendo a que los primeros casos obligaron a cambiar el sistema educativo en marzo, recién para después de las vacaciones de invierno, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) previó la impresión y envío de materiales para estudiantes que no podían acceder a elementos tecnológicos como una computadora, una tablet o un celular “inteligente”.
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Este 2021, segundo año en que las clases se desarrollan en medio de la pandemia, en parte presenciales y en parte a distancia, el MEC todavía sigue sin prever la necesidad de alumnos que no pueden acceder a la educación virtual por falta de recursos.
Actualmente, casi 700.000 alumnos siguen sus estudios a distancia. De ese total, los estudios indican que sólo el 30% puede estudiar de manera virtual, con acceso a tecnología, mientras que el 70% restante tiene con suerte un celular.
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La viceministra de Educación, Alcira Sosa, admitió que ese 70% de los estudiantes “lo que hacen es bajar lo que envían los docentes, copiar en el cuaderno”. Por esta razón, ahora el MEC está analizando que ellos “tengan otro soporte, que pueden ser cuadernillos, textos, etcétera”.
“Para ello hay G. 13.000 millones destinados a la impresión de textos para alumnos de primero al sexto grado, mientras que para imprimir materiales para el Tercer Ciclo de la Escolar Básica y el Nivel Medio nunca hubo presupuesto”, según Sosa.
Mientras tanto, en los depósitos del MEC se humedecen 556.000 libros de matemáticas del programa Mapara para alumnos del primero al sexto grado y cuadernillos de castellano del programa Leo, Pienso y Aprendo para 100.700 niños del primer grado.
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Ambos proyectos debieron ejecutarse el año pasado, pero a raíz de la importante cantidad de errores de todo tipo que se encontraron en los libros de Mapara, los dos planes se cancelaron.
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Para los libros de Mapara se elaboró una fe de erratas. Sosa señaló que se trata de una página con dos carillas de correcciones que, sin embargo, después de un año, todavía están en un PDF y su impresión no fue planificada.
Los cuadernillos y materiales de castellano para 100.700 niños y 8.000 docentes están impresos y no presentan ningún inconveniente, pero permanecen en el MEC.
El contenido de ambos programas se encuentra en la web y está a disposición en el desarrollo cotidiano de las clases en la plataforma de aprendizaje del MEC; sin embargo, los materiales impresos serían de gran ayuda a los niños que no pueden acceder a internet.
“Vamos a distribuir. Tenemos que enviar ambos”, prometió la viceministra de Educación. “Es un proceso de distribución, tiene un costo asociado que no está tampoco disponible en el presupuesto”, reconoció, sin embargo.