El abogado Guillermo Duarte Cacavelos, defensor de la joven que fue atacada el sábado 3 de abril en el Jardín Botánico, remarcó que lo ocurrido con su clienta fue sumamente grave, pero que al parecer, la agente fisca María Bernarda Álvarez no dimensionó la magnitud del hecho, y pensó que se trataba de una denuncia más de las tantas. Por lo tanto, contó Cacavelos, la investigadora del Ministerio Público no se constituyó en el lugar del hecho ni en el Laboratorio Forense ni el sábado ni el domingo 4 de abril.

Esto generó que la víctima permaneciera 4 horas aguardando a la médica forense en el mismo estado en que la dejó su agresor, para no borrar evidencias, y que cuando llegó la médica, no la pudiera atender porque la fiscal Álvarez no estaba. Luego de pasar horas de malos ratos tras vivir una durísima experiencia, la víctima pudo ser examinada cuando llegó la asistente fiscal de Bernarda Álvarez.

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Necesitaba ser atendida por la forense

La joven -cuenta su defensor- deseaba ser atendida en un centro privado, pero no podía, ya que para entregar las evidencias a la Fiscalía era necesario que la examinara un médico forense del Ministerio Público.

En síntesis, el abogado defensor criticó que pasaron al menos 72 horas sin que la Fiscalía moviera un solo dedo en relación al caso.

Cambio de fiscal

Posteriormente, cuando Duarte fue contratado, acudió a interiorizarse del caso y finalmente se determinó sacarle la carpeta investigativa a Bernarda Álvarez. Ahora encabeza el caso el fiscal Aldo Cantero.

El representante legal de la joven afirmó que existen significativas sospechas de que el atacante de la joven sería un autor serial.

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Esta sospecha se basa en que hay al menos 40 denuncias por robo en la misma zona y que en el lugar, un peritaje de la Policía y una investigación privada de la familia pudieron determinar que hay un camino angosto, que lleva a una especie de círculo cerrado por tacuarales, lo que impide la visualización.

Por la forma en que las malezas estaban aplastadas y por lo desgastado del camino, se sospecha de que el autor tenía este como un lugar ya preestablecido para la comisión del hecho punible de coacción sexual y robo.

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No se hizo lo básico

El abogado criticó que la fiscala Álvarez ni siquiera se preocupó en hacer una geolocalización del celular y el reloj inteligente de la víctima, elementos que fueron robados y que podrían haber aportado datos del autor si se actuaba rápido, antes de que fueran apagados.

Duarte Cacavelos resaltó que la Policía sí hizo su trabajo, rastreando el lugar del hecho a instancia de los familiares, que también realizaron su investigación en forma privada.

“Los familiares actuaron como forenses con la Policía Nacional, si no hubieran hecho eso, la evidencia ya estaría hoy perdida”, remarcó el abogado.

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