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El complejo recreativo que costó cerca de G. 150.000 millones a la Municipalidad vio alejarse a la gente tras el último decreto presidencial que restringía las actividades recreativas a partir de las 20:00. Anteriormente, pese a que no había una libertad absoluta, miles de personas visitaban el lugar, especialmente viernes, sábado y domingo.
En los últimos tiempos ya llegaban inclusive visitantes de otros distritos y del lado brasileño, lo que por ahora quedó nuevamente paralizado.
Según el intendente Carlos César Haitter (exPDP), por un lado es una pena que la costanera no se pueda aprovechar en su máxima dimensión, pero que por otro es correcto evitar la aglomeración en estos tiempos de mucho contagio del covid-19.
La playa con costanera fue inaugurada en diciembre pasado, pero hasta ahora no fue habilitada en un 100%. El sector de la playa para baño estuvo restringido desde el comienzo, siendo solo habilitado el sector comercial y peatonal de toda la estructura que abarca más de 2.000 metros de extensión sobre los ríos Paraná y Piratiy.
Uno de los grandes retos de la Municipalidad es conseguir recursos para el mantenimiento del complejo, que requiere ingentes recursos para su cuidado. En principio la comuna intentó recaudar con el cobro de estacionamiento, pero no obtuvo mucho éxito ya que los recurrentes evitan ingresar al sector tarifado.
Tampoco la comuna logró recaudar mucho con alquiler de espacios comerciales.