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La viceministra Alcira Sosa explicó que, en el marco de la pandemia de COVID-19, en nuestro país se están implementando varios sistemas de educación: el presencial, el semipresencial o híbrido y a distancia, que puede ser o no ser virtual. Dijo que “hay experiencias capitalizadas en el mundo” y que a partir de esto habrá que “ir viendo qué funciona mejor”.
“Hay docentes a los que les resulta más práctico trabajar con el libro de texto y la guía, y funciona. No es una cuestión de que si no tengo tecnología en realidad la educación a distancia no va a ser muy buena”, aseguró Sosa.
Uno de los planteamientos, indicó la viceministra de Educación, es la entrega de libros a los estudiantes que no tienen acceso a conectividad. “Queremos que los textos se entreguen a los alumnos para no incurrir en costos de fotocopia, por ejemplo”, puntualizó.
“De alguna manera, disponibilizar los textos que ya están en las instituciones para que el estudiante lleve durante este año, o hasta que retorne. Es una posibilidad para reducir el gasto que hace la familia para pagar los cuadernillos o las fotocopias”, añadió Sosa.
Mejorar la educación a distancia, virtual o con folletos, es un reclamo insistente de los estudiantes, docentes y padres, estamentos que consideran que los alumnos no pudieron aprender nada durante 2020, año lectivo desarrollado íntegramente a distancia, de forma virtual o con folletos desde marzo, cuando se detectaron los primeros casos de COVID-19 en el país.
Incluso, reconociendo la falta de conectividad y de elementos tecnológicos como el celular en áreas rurales y sectores urbanos vulnerables, desde el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) rogaron a los padres que este año autoricen a sus hijos a ir a las aulas, a tener clases presenciales. Sin embargo, no todas las escuelas y colegios existentes en esas áreas pudieron ser habilitadas para esta modalidad.
Por otro lado, hay estudiantes de Tercer Ciclo y Educación Media que están en zonas rurales pero van al colegio en áreas urbanas. Debido a que los catedráticos no pueden tener educación presencial en más de dos instituciones, en regiones como Amambay, Alto Paraná e incluso en algunos sectores de Central, estos estudiantes no pueden recibir clases, ya que no tienen maestros para la presencialidad y en sus casas no tienen conectividad para estudiar en forma virtual. Esto, según denuncias del gremio docente OTEP-A, que admitió esta semana la viceministra Sosa.
Además, desde este sábado hasta el 4 de abril, las clases presenciales están suspendidas por decreto, situación que podría repetirse en varios momentos de este año lectivo, según la situación epidemiológica por COVID-19.