El clamor de un médico intensivista hecho carta a la sociedad

El grito que es ahogado por el traje de bioseguridad hace ya un año sale hoy en forma de carta abierta a la ciudadanía, con palabras dolorosas, en busca de conciencia. La escribió Diego Mora Díaz, médico intensivista del Ineram, quien en busca tal vez de drenar el cansancio, el dolor y la impotencia, plasmó en unas líneas las vivencias por las que atraviesa el personal de blanco en busca de salvar vidas, mientras hace un único pedido: que nos cuidemos todos.

Médico, arrodillado al lado de un paciente COVID-19 pide a DIos por su vida
Médico, arrodillado al lado de un paciente COVID-19 pide a DIos por su vidaGentileza

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En su cuenta de la red social Facebook, el doctor Diego Mora Díaz publicó una emotiva y cruda carta, acompañada de una fotografía, de iguales características, en la que se ve a un paciente COVID-19 y arrodillado a su lado, un médico pidiendo a Dios por su vida.

El COVID es un desafortunado” es el título del desgarrador escrito en el que el médico relata las experiencias de los profesionales que pasan los días con los pacientes intubados, y que en más de ya 3.500 casos fueron sus últimos días.

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“Es un desafortunado para quien trata de calmar a un paciente de 30 años, sin comorbidades que va a ser intubado porque ya no puede respirar solo”.

“Es desagradable ver a los ancianos preguntando por qué Dios les hizo eso. Es un desagradable ver a esa madre a 8 días, con 37 años y no conoce a su bebé, y que probablemente no vea su cara, ni una sola vez”

“El Covid es un golpe en el estómago cuando la gente tiene que hablar con un paciente y él pregunta si va a morir y la gente no puede decir que no, porque tiene más del 80% del pulmón comprometido”.

Estas son algunas de las líneas que describen las experiencias vividas por los médicos mientras atienden a pacientes con COVID-19 de todas las edades, algunas con enfermedades de base, otras sin ellas.

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“Ni siquiera tengo cómo desribir la sensación de reanimar a una persona que a dos días estaba bien y hoy se detuvo”, lamenta Mora.

“Ellos mueren solos, los familiares no pueden tomar su mano. Ellos mueren con nosotros”, advierte.

Carta abierta del médico Diego Mora Díaz, intensivista del Ineram
Carta abierta del médico Diego Mora Díaz, intensivista del Ineram

La carta, es un intento desesperado de concienciar a la ciudadanía sobre la gravedad de la enfermedad, la situación de los hospitales y la importancia de cumplir con las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus: lavado de manos, uso de tapabocas y el distanciamiento social.

“Quédese en casa, estamos sin lecho, sin respirador, y no son los medios los que dicen, somos nosotros, estamos allí, viendo, viviendo y cada poco que pasa, muriendo! “, clama.

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El médico relata el dolor y la desesperación que siente junto a sus colegas y cómo lo callan, demostrando fortaleza ante los pacientes, pero admiten como se desmoronan en la soledad, en sus autos, con la cabeza en la almohada, cuando las imágenes del día se vuelven a reproducir en sus mentes.

“La cabeza duele por aguantarse las lágrimas, el corazón sangra. Miramos a nuestros familiares, sin poder sonreír y pensamos: ¿Serás tú el próximo?”, señala.

Hasta el final de las líneas, el pedido de que nos cuidemos todos, se repite. “Cuidense. Encarecidamente hago un pedido a todos. Intensifica los cuidados por vos, por nosotros, por todos los ciudadanos, familiares, amigos, conocidos. Estamos sobrepasando nuestros límites en pro de ti”, vuelve a clamar.

La emotiva carta es publicada en un escenario en que los hospitales están colapsados, no hay camas de terapia intensiva, ni medicamentos. Las personas deambulan por los pasillos en busca de un lugar para su familiar enfermo, mientras afuera, todavía existen incrédulos e inconscientes, ajenos a la realidad de la que también son parte, pero ante la cual actúan egoístamente.

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