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Actualmente la joven emprendedora dispone de 13.000 plantas de ambos productos en etapa de cosecha, en una finca perteneciente a su familia.
La protagonista es licenciada en marketing y publicidad, profesión que estuvo ejerciendo hasta el 2020 por Asunción. Sin embargo, con la declaración de la emergencia sanitaria a raíz de la pandemia ocasionada por el coronavirus, se vio obligada a abandonar su profesión para incursionar en una actividad totalmente distinta a la que venía realizando, pero que afortunadamente le está proporcionando excelentes resultados.
La finca se encuentra ubicada en el barrio Ciraty de esta ciudad, con la denominación de Granja Nelly Victoria. En este campo también se producen otros tipos de productos del campo, a cargo de un importante grupo de trabajadores liderados por la joven, quien manifestó que a pesar de que en principio no fue le fácil adaptarse al nuevo emprendimiento, pudo salir adelante con el esfuerzo de su equipo de trabajo.
Variedad de productos
En lo que respecta a la producción de tomates disponible en la finca, comentó que en estos momentos tienen a disposición las variedades pharma, vivacy y martillella. El locote está disponible en las variedades nathaly, mirella y marcelan. El promedio de producción de tomates es de cinco kilos por planta, mientras que el locote tiene un rendimiento de 3 a 4 kilos por cada planta, dijo la joven:
Cantidad de plantas
Así mismo, comentó que actualmente cuenta con una cantidad de 13 mil plantas bajo media sombra en etapa de fructificación y cosecha, correspondientes a 6500 plantas de locote y 6500 plantas de tomate.
Por la pandemia
También mencionó que mediante la pandemia que afecta a todo el país, tuvo la posibilidad de conocer una actividad que nunca pensó que le iba a dar un cambio muy positivo en su vida, principalmente como persona y como profesional, atendiendo que aparte de tener la oportunidad de producir alimentos sanos para la gente puede mejorar el ingreso económico del entorno familiar y todas las personas involucradas en la tarea, aseveró.
“En los primeros meses de la pandemia no sabía qué hacer para no quedarme sin trabajo, pero luego mis padres me propusieron venir a trabajar en nuestra finca, entonces decidí incursionar en este rubro y comencé con la preparación de las parcelas con el acompañamiento del Ing. Agr. Ever Martínez y otros pobladores, más la ayuda de mi familia para que en estos momentos ya estemos comercializando la producción”, agregó la joven.