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La unidad fiscal a cargo de la agente Elva Cáceres también inició los contactos con sus pares de Alemania para solicitar los informes de la megaincautación, el objetivo es saber en que condiciones llegaron los contenedores. Si las precintas de seguridad fueron violentadas o llegaron intactas, esos datos podrían confirmar si los contenedores fueron contaminados con drogas por el camino o salieron de nuestro país, explicaron.
Igualmente, se requirió a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) un informe oficial si el señor Gerardo Gómez, tiene permiso para la importación y comercialización de un tipo de éster denominado “acetato de etilo”. Este hombre figura como la persona que arrendó un depósito ubicado en el barrio Arecayá de Mariano Roque Alonso, casi en frente a la fábrica Tupá SA.
Sospechosamente, la propiedad pertenece a Óscar Ayala Noguera, cuñado del empresario Diego Benítez y en el lugar se encontraron 117 tambores repletos de acetato de etilo, valuados en unos US$ 2.000.000.
Este material es utilizado en la fabricación de pinturas, pero también es empleado en el refinamiento de la cocaína, precisaron.
Fuentes del Ministerio Público confirmaron que pese a que la firma Tupá SA aparece como productora de pinturas, en los allanamientos de los depósitos que figuran como locales de la empresa, no se encontraron maquinarias utilizadas para fabricar pinturas.
En los tinglados solo había latas vacías de pinturas, similares a las que fueron confiscadas en el puerto de Hamburgo con paquetes de cocaína pura, a más de una máquina para sellar estos recipientes.
Una fuente de la Fiscalía aseguró que en realidad Tupá SA producía estos envases, y que eran cargados con pinturas producidas en el Brasil, para ser exportadas al viejo continente a través de la vía marítima.