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La Lic. Mirian Arrúa funcionaria del Hospital Nacional es una de las 4.627 mujeres trabajadoras de la salud que se encuentran en la primera línea de batalla contra el covid-19, en las unidades de terapia intensiva, reanimación y salas de internación comunes. Esta cifra supera por lejos a la de los hombres (2.227). En el Día de la Mujer Paraguaya, la recordación tiene sus ojos puestos en la labor de estas féminas. Estas cifras corresponden a las personas de la primera línea de atención en los diferentes centros de referencia del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, registradas para el servicio de vacunación contra el coronavirus.
Entretanto en los centros de referencia del Instituto de Previsión Social, en la misma categoría de a los afectados por el virus SARS-COV-19 hay 1.848 personas, de las cuales el 65% corresponde a mujeres que trabajan en medicina, enfermería y afines en el día a día. El modelo porcentual también se replica en los hospitales de contingencia.
Pese a las grandes carencias, estas mujeres no bajan la guardia y le dan pelea codo a codo con sus pares hombres para tratar a los enfermos que llegan diariamente a los centros buscando alivio para su desahucio.
“Debemos hacer más”
“La historia de compromiso y de mística de las mujeres trabajadoras de salud es realmente interminable”, dice el ministro de Salud Pública y Bienestar Social, Julio Mazzoleni.
Al mismo tiempo reconoce la deuda que se tiene con ellas, en especial con las trabajadoras que por momentos tienen que viajar en canoas, en moto o a pie para llegar a lugares recónditos para asistir a los enfermos, así como las mujeres trabajadoras en el combate contra el covid-19. “Nosotros debemos reconocer que tenemos que hacer más para reconocer el rol de la mujer en salud. Siempre que podemos le hacemos un homenaje a ellas. En este momento histórico de la pandemia debemos tener en cuenta eso”, agrega.
Otros riesgos
Por otra parte, además del estrés que presupone trabajar en un entorno covid-19 y el temor al contagio, las trabajadoras de salud vivencian otro tipo de riesgos que tienen que ver con un entorno laboral poco saludable.
En ese sentido, Claudia Sanabria, encargada de la Dirección de Género del MSPBS, comentó que se trabaja específicamente en la cuestión que tiene que ver con el marco legal, específicamente en las que tienen que ver con el respeto a los derechos laborales así como a evitar acosos. “En los últimos años, la voz de la mujer se escuchó más. Aún así necesitamos que las reglas sean más equitativas en todos los sentidos”, refiere Sanabria. Agrega que se debe tener en agenda el tema de violencia y verificar cuántos acosos se tienen por mes en los propios servicios de salud.
“En nuestro propio sistema de salud muchas veces se presentan situaciones de acoso. Muchas veces (los agresores) no la reconocen como una agresión, porque es tan culturalmente permitido como el “piropear” o tener contactos físicos inapropiados”, describe.
Brecha sigue en otros ámbitos participativos
Según datos recopilados por el Observatorio de Igualdad y No Discriminación del Centro de Documentación y Estudios (CDE), los datos financieros en el último trimestre del 2020 dan cuenta que las mujeres accedieron menos a préstamos (55% fueron para varones; 40% para las mujeres y el resto fue para empresas).
Los datos del Banco Central del Paraguay muestran que el único lugar donde las mujeres le llevan ventajas a los hombres en números es en la deuda de pequeños comerciantes. Del total de créditos otorgados, 110.383 (49%) fueron para mujeres mientras que 98.425 (43%) fueron otorgados a varones en categoría “comercio al por menor”.
Los últimos datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censo (DGEEC) que corresponden al último trimestre del 2020 muestran que las mujeres siguen teniendo una brecha importante en cuanto al trabajo: “La cantidad de ocupados al cuarto trimestre del 2020 fue aproximadamente de 3.454.000 ( 2.032.400 son hombres y 1.421.600 son mujeres).
Los datos muestran que quienes más perdieron trabajo fueron las mujeres. “A nivel nacional, en términos absolutos, se registraron aproximadamente 13.000 personas ocupadas menos.