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Esta tarde, el titular de la institución, Ernesto Benítez, remitió un video del circuito cerrado donde se puede ver que el molino de nuevo volvió a operar, pero los obreros dicen que esto fue luego de que se haya solucionado el problema de compresores. Manifestó que la máquina se detuvo solo “para hacer cambio de línea”, es decir, “cuando se cambia el tipo de cemento a producir”.
Se le insistió sobre los problemas que manifiestan los técnicos y dijo que son “una tomadura de pelo” y que solo se quiere buscar “la quinta pata al gato”.
Los trabajadores de la estatal informaron además que se quemó el motor de agua, también que se trancó todo sistema de envío al silo número 1 y que el descargador está fuera de servicio. “Lo de la bomba de agua y el material en el envío del silo 1 fue hace 3 semanas más o menos y es normal. El material se acumula en un sector y se para para destrancar. Esta es una industria pesada y compleja y tiene sus años. Las líneas de molienda trabajan con refrigeración a agua. Tienen tres bombas para los casos de que una falle entra en servicio otra”, expresó Benítez.
Respecto al descargador, señaló que tiene más de 30 años de servicio y que “como cualquier máquina las piezas se desgastan y se reparan o se cambian”. “En este caso se está reparando una pérdida de fluido en el pistón superior que es el que hace que el brazo suba y baje. Esta tarde vuelve a entrar en marcha”, aseveró.
El costoso molino “chino” que la llamada “superproveedora” del Estado, Engineering, entregó a la Industria Nacional del Cemento (INC) por US$ 12 millones no para de tener fallas y esta semana se suspendió la producción durante varios días para hacerle “reparaciones”. Le colocaron artefactos del molino viejo para que pudiera volver a operar desde ayer.
Esta máquina se compró con una parte de los US$ 80 millones provenientes de la colocación de bonos soberanos que recibió la estatal durante la gestión del expresidente Horacio Cartes.
El molino nuevo, inaugurado a inicios de agosto de 2018 (presidencia de Jorge Méndez) y con recepción definitiva en junio de 2020 (gestión actual, de Ernesto Benítez), tiene pérdida constante de aceite desde su inauguración, y no cuenta con kits de repuestos.