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“No tenemos un elemento que me pueda motivar para imputar ya a alguien dentro de la esfera policial, porque no hay ninguna pista hasta el momento” afirmó Ortiz pese a que él puede sospechar, como la mayoría de los que observan el caso incluso sin tanta investigación, de que “alguien colaboró para su escape”.
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Aclaró que mañana convocará a declaración testifical a los 10 uniformados y al jefe policial que estaban en la Brigada Central el día de la fuga, y que una vez que se tenga algún elemento contra los sospechosos, procederá a la imputación y convocatoria ya en carácter de declaración indagatoria.
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Insistió que junto con dependencias de la propia Policía están investigando la circunstancias de la fuga y que hoy solicitaron filmaciones de cámaras de seguridad de dos comercios de la zona, ya que a diferencia de otros dos que entregaron las filmaciones voluntariamente, estos comercios pidieron una orden judicial para proveer las imágenes.
“Ya sea que salieron por la puerta abierta o por los barrotes, la cuestión es que se escaparon y si hay culpa de alguien en esferas policiales, debe ser castigado”, insistió el fiscal no descartando aún ninguna de las posibilidades. Recordó que la figura de Liberación de presos que se investiga en este caso tiene una pena de 3 años de prisión, pero con el agravante de ser policías los involucrados, la pena podría llegar hasta los 7 años en el caso de comprobarse la complicidad.
La fuga de Roque Pyguasu se produjo en la madrugada del martes pasado de una celda de la brigada Central y pese a que los barrotes de la puerta fueron cortados, el tamaño del hueco y el hecho que nadie supuestamente se haya percatado de los ruidos de corte hacen suponer que hubo directamente una liberación del delincuente, que cuenta con frondosos antecedentes, tanto por asaltos millonarios como por fugas anteriores.