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“Lo que puedo decir es que no había una coordinación de parte de los agentes de la penitenciaría. Ellos no están preparados, se ve en cada actuar que tenemos con ellos. No tienen un plan de contingencia al respecto”, relató sobre el arranque de los trabajos realizados por los bomberos voluntarios en la Penitenciaría de Tacumbú.
Chiovetta indicó que cuando ingresaron a un sector de la cárcel para la extinción de las llamas, vieron a apenas unos 20 metros de distancia cómo apuñalaban a personas tendidas en el suelo. “Les apuñalaban, gritaban, tiraban piedras, palos objetos contundentes, cuchillos, hasta armas de fuego vimos. Vimos dos cuerpos en el piso, a la vista de todos”, relató.
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Asimismo, contó que de esa escena fueron testigos agentes penitenciarios, policiales y principales jefes de seguridad. “Nadie podía hacer nada, si entraban ahí iba a ser una masacre. No es fácil lidiar con esa gente porque en ese momento no hay razón. Hay que estar ahí para entender. Ahí no entra la razón… Tacumbú es un mundo aparte”, acotó.
Los bomberos también trabajaron para el rescate de los cuerpos de las seis personas privadas de su libertad que fueron asesinadas durante el motín. Chiovetta relató que como no había luz ni podían ingresar, fueron los mismos reos quienes llevaron los restos cerca de un portón visible para que sean retirados. “Había tres cadáveres decapitados”, contó.
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En total se confirmaron seis muertes tras el motín registrado en Tacumbú, de acuerdo a los datos brindados por las autoridades nacionales ayer. Durante toda la tarde del martes se vieron actos de extrema violencia y mucha tensión dentro del penal, donde guardiacárceles fueron retenidos por los reos durante varias horas.
Luego de la liberación, siguió la violencia dentro del penal y también las protestas por fuera, debido a que familiares exigían respuestas sobre sus seres queridos que se encuentran privados de su libertad.