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Asimismo, resaltó que entre marzo y abril, la moneda norteamericana estaría en el orden de los G. 6.700 a G. 6.500. En este sentido, recomendó prudencia a la hora de definir una suba de los combustibles, porque “se estará tocando un precio que afecta a muchos precios de la economía” y que esto “podría generar otros impactos no deseados que hay que tratar de evitar”.
Asimismo, enfatizó: “Se tiene una baja del dólar, que será sostenida, pero la suba del petróleo es más importante que la baja del dólar, y el aumento (del precio del combustible) dependerá de las reposiciones que hay que hacer. Esto porque se comprará a precios más altos las entregas de aquí a dos o tres meses, que es el tiempo que tarda el flete en hacer llegar el producto acá. El volumen de stock que se tenga en el mercado es lo que determinará si es que hay una urgencia de reposición o no”.
En este caso, resaltó que si no se tiene una urgencia de reposición de combustibles, aún se puede esperar una suba de los precios. “El dólar en Paraguay puede bajar cuando empiece a salir gran parte de la soja que tenemos. Este año vamos a estar exportando por valor de US$ 1.000 millones más que el año pasado, por la diferencia de precio, sobre todo. Eso hará que se ingrese mayor cantidad de dólares a la economía y presionará que la cotización baje”, expresó.
Tanto el sector privado como Petropar aprovecharon los bajos precios para aumentar la compra de combustibles en su momento, por lo que podrían aguantar hasta que el dólar baje para mantener el precio, según coinciden los técnicos. Sin embargo, hay una presión para aumentar los precios, que si se logra tendrá un gran impacto a la difícil economía que se tiene con la pandemia.