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Este lunes se puede observar a familias cavando, rompiendo el piso de la histórica Plaza de Armas e instalando las maderas con las cuales colocarán sus precarias viviendas debido a la crecida del río Paraguay.
Debido a este inicio se puede vaticinar que una vez más este emblemático espacio público albergará a una importante cantidad de personas desplazadas por el aumento de los niveles del cauce hídrico en la ciudad capital.
El daño a la Plaza de Armas se está desarrollando ante la atenta mirada de agentes policiales que no actúan para evitar una nueva ocupación irregular, de acuerdo al reporte de la periodista de ABC Emilce Ramírez.
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Apenas horas antes, el intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, aseguraba que ya estaban conversando con los líderes de los damnificados y previendo espacios privados para el traslado de los afectados, a fin de evitar que se ocupen los paseos centrales y las plazas.
El intendente aseguraba esta mañana que generalmente solicitan apoyo de los agentes para evitar las ocupaciones, pero desde la institución policial indicaron lo contrario en entrevistas pasadas.
Este fin de semana, las familias anegadas de los bañados ya empezaron a desocupar sus precarias viviendas y a trasladarse, en algunos casos, a casas de familiares. Sin embargo, otras evidentemente ya empiezan a ocupar los espacios públicos, como es habitual con cada crecida del río Paraguay.
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Cabe recordar que parte de esta plaza ya está siendo ocupada por las familias afectadas por el incendio ocurrido el año pasado en el edificio del ex Cabildo.
El intendente también aseguró esta mañana que están buscando un destino final para esas personas que ya antes del siniestro estaban ocupando una calle de manera ilegal.
El cauce hídrico hoy amaneció con 4,59 m y aumentó cuatro metros en lo que va de 2021, luego de haber sufrido una histórica bajante el año pasado. Debido a que todavía se pronostican importantes precipitaciones para el mes de febrero, es posible que el río Paraguay siga aumentando y muchas más familias tengan que ir abandonando sus casas paulatinamente.