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“Esto ha sido un error importante: la OMS ha tardado mucho en darse cuenta y en decirnos cómo nos contagiamos, y la mayoría del contagio se da simplemente al hablar o al respirar; queda en nosotros como un humo invisible que tiene el virus, que se queda flotando por el aire como un cigarro y nos infectamos al respirarlo”, dijo Jiménez en contacto internacional este lunes con ABC Cardinal.
El docente, investigador y científico hizo énfasis en que la ciudadanía debe preocuparse más por evitar compartir espacios cerrados con personas desconocidas y que allí radica la alta probabilidad de contagio, minimizando así el tocar las superficies, como inicialmente la OMS había difundido.
“Es muy difícil lo de las superficies, es difícil salir de allí, de la psicosis. Hay que estar tranquilos. De lo que hay que preocuparse es de tomar el aire en donde están otras personas (…) Ya se sabe que es mucho más fácil contagiarse por el aire”, explicó.
En consonancia con sus afirmaciones, el científico instó a la ciudadanía a que se lave las manos con frecuencia, a que mantenga la distancia social de dos metros y a usar tapabocas bien ajustados y cuidados. A eso sumó el ventilar los espacios cerrados.
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“Los desinfectantes (de superficies) pueden ser tóxicos y representan un gasto innecesario. ¿Por qué no paramos la pandemia? Porque no estamos haciendo las medidas que sirven (…) Hay que enfocarse en llevar los tapabocas de buena calidad, bien ajustados. En el caso de personas mayores o con mayor riesgo, usar un protector como gafas cerradas, que no permiten que el aire llegue hasta los ojos (…) Para las mascarillas hay dos cosas a tener en cuenta: la calidad de la tela y lo cuán ajustada está a la cara”, añadió.
Jiménez criticó a la OMS y dijo que actúa muy lentamente y no ofrece un mensaje claro, tomando en cuenta ciertas investigaciones que la contradicen.
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“Si nos hubieran explicado bien cómo se transmite el virus, hubiéramos parado la transmisión. Se sigue con restricciones y a pesar de eso sigue habiendo una ola de contagios. Eso quiere decir que lo que estamos haciendo no está funcionando”, opinó, al tiempo de calificar a la organización de una dictadura intelectual.
“En marzo nos dijeron que esto no llegaba por el aire. Eso es desinformación. Eso fue a todo el mundo. Lo que falta es que lo digan en forma contundente a la población. La OMS tiene como una especie de dictadura intelectual”, agregó. En ese sentido, explicó que las mascarillas son claves y vitales desde hace muchísimo tiempo para combatir la transmisión.
Una nueva ola
“El miedo que tenemos los científicos es que tengamos una ola esta primavera (…) Está pasando lo mismo con esta variante (del virus). En uno o dos meses va a haber otra explosión de esta variante antes de que todos puedan vacunarse. Hay que vacunar lo más posible a la gente”, advirtió Jiménez, refiriéndose a la primavera boreal, el otoño en nuestro país.
El científico señaló que “se ve claramente que la vacuna es eficaz. El problema es que todavía quedan meses o años hasta que una buena cantidad de la población sea vacunada”, puntualizó.
A no tener miedo
“Hasta cierto punto está bien (el miedo), porque la gente presta atención, pero también puede paralizar. Hay que repetir la información de manera simple. Esto es lo que va a tener impacto junto con las vacunas”, dijo Jiménez como método de disminución de los contagios.
Por último, remató la conversación insistiendo en el lavado frecuente de manos y el uso de tapabocas bien ajustados para evitar respirar “el humo invisible” que dejan las personas y que podría estar cargado del virus.