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Este jueves se cumple un cuarto de siglo desde el accidente aéreo más letal de la historia de Paraguay, cuando la caída de un avión en la ciudad de Mariano Roque Alonso causó 22 muertes.
Ese domingo, en horas de la siesta, un avión de cargas DC-8 de la aerolínea colombiana Líneas Aéreas del Caribe despegó del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, en Luque, con cuatro tripulantes de nacionalidad colombiana a bordo.
Momentos después, el avión cayó sobre el barrio Monseñor Bogarín de la vecina ciudad de Mariano Roque Alonso, arrasando con cinco casas y matando a 18 personas que se hallaban en tierra –13 de ellas niños– y a los cuatro tripulantes de la nave.
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En 2017, el abogado Desiderio Sanabria, que en 1996 trabajó con la aerolínea colombiana para asistir a las víctimas del accidente, comentó que de acuerdo a las grabaciones de la cabina del avión obtenidas de la caja negra de la aeronave, el desastre ocurrió debido a una broma entre los tripulantes.
Los pilotos principales quisieron probar a uno de los aprendices que volaba con ellos y que apagaron intencionalmente un motor, y después el otro –una maniobra que no es inusual–, para medir la capacidad de reacción del novato ante un inconveniente.
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Sin embargo, la aeronave no había alcanzado la altura necesaria para realizar esa maniobra de forma segura.
Once de los 18 fallecidos en tierra eran miembros de una sola familia, los García, que estaban celebrando una reunión familiar al momento del accidente.