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Durante cinco horas el jefe de Gabinete Civil de la Presidencia de la República, Juan Ernesto Villamayor, tuvo que defenderse ayer, solo, en la interpelación a la que fue sometido en la Cámara Baja y no recibió el tradicional respaldo de los diputados de ANR oficialistas.
Villamayor mostró documentos, grabaciones y utilizó el comunicado que ayer a la mañana –llamativamente minutos antes de la interpelación– emitía el gobierno venezolano de Juan Guaidó. En reiteradas ocasiones señaló que el Gobierno paraguayo no tuvo injerencia en la contratación del jurista argentino Sebastián Vidal (abogado de Carlos Abdo, tío del presidente Mario Abdo Benítez), sino que fue Venezuela el que lo hizo.
También dijo que no existieron acuerdo alguno ni reunión para suscribir un pacto para el pago de la deuda a PDVSA (según Paraguay es de US$ 269 millones y para Venezuela es de US$ 290 millones), y que el encuentro fue protocolar, para recibir la nota de Guaidó que era para Abdo Benítez, en la que se presentaba a Javier Troconis como emisario de Venezuela. Según Villamayor, él no podía llegar a un convenio porque el caso está en un Tribunal Arbitral de París.
El funcionario presidencial tuvo roces con algunos diputados en la sesión de ayer, especialmente con el líder de la bancada cartista Basilio “Bachi” Núñez, quien le reclamó que este gobierno enterró la transparencia e incluso dijo que existen hermanos masones que operan para ganar demandas al Estado.
El jefe de Gabinete contestó de forma tajante a Núñez, de que una misión de Gafilat vendrá al país y seguro le consultarán cómo el dinero de Darío Messer se metió en el Banco Nacional de Fomento (BNF) y cómo se lavaba el dinero a través de bancos estatales.
Anunció que si las respuestas no son satisfactorias invitará a aquellos que hablan de transparencia, en alusión a Núñez, a comparecer ante la comisión Gafilat, “porque el dinero de Messer se encontró en el BNF”.
Villamayor aprovechó para pedir que si se va a decir que este gobierno no es transparente, reconozcan que todos tienen una deuda histórica con la transparencia. Así, obvió responder a las consultas de por qué
no se dio publicidad al proceso de negociación con PDVSA.
El ministro prefirió insultar al diputado Carlos Rejala (PH) antes que responder por qué se intentó llevar a arbitraje el caso Proibérica.
Esta empresa fue demandada penalmente por el Estado Paraguayo y llamativamente Sergio Coscia planteó llevar a arbitraje.