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Cuando se registraron los primeros casos de covid-19 positivo en nuestro país, desde el Poder Ejecutivo se dispuso la ampliación de la capacidad de atención en los centros asistenciales y uno de los primeros en habilitar su sector de contingencia fue el Ineram, que hasta la fecha recibe numerosos afectados por el virus.
En sus dependencias se puede ver a los profesionales médicos, enfermeros y otros trabajar incesantemente al cuidado de los enfermos que acuden en busca de asistencia.
El licenciado Lucas Zeballos, jefe de Urgencias Adultos del Ineram, se encuentra al frente de este departamento desde que fue habilitado el sector para pacientes con coronavirus. Según manifestó, lo más importante a recordar es que ante la pandemia “todos somos iguales”. “Cuando ingresa un usuario al Ineram, lo vemos como eso, un usuario, no vemos el porqué, el antes ni el después. Simplemente tratamos la enfermedad, tratamos el área física y psicológica, ayudamos a los familiares y eso para que se pueda recuperar lo más pronto posible”, resaltó.
Otra área muy importante que es monitoreada por los especialistas es la nutrición de los pacientes. Al respecto, la licencia Gabriela Quiñónez contó cuáles son algunos de los cuidados que dan a los internados. “Normalmente un paciente en sedación tiene una sonda nasogástrica, que va de la nariz al estómago y a través de eso, a partir de suplementos nutricionales que vienen en polvo, se reconstituyen de forma líquida y eso pasa por la sonda”, describió. De esa forma, se encargan de mantener nutridos a los pacientes.
Tal vez pasan desapercibidos, pero es innegable la labor fundamental que realizan los camilleros del hospital, que al igual que los profesionales de blanco, están al frente en la batalla contra el virus. Estos son los que reciben a los enfermos y los conducen hasta los lugares de atención. Richar Quiñónez, uno de los camilleros contó que lo que principalmente buscan es dar la ayuda que los pacientes precisan al llegar al centro asistencial. “Queremos darle el apoyo que necesitan, porque están precisando de ayuda”, expresó.
En cuidados intensivos, lo fundamental es mantener la esperanza encendida, según expresó el licenciado Luis Yuruhan, encargado del pabellón N° 5. “Lo más crítico es pensar que (el paciente) tiene una familia detrás, que pende realmente su vida de un hilo, que estamos ya en última instancia y que depende de una máquina para seguir con vida”, resaltó.
Mencionó que esa situación es la que más afecta a los profesionales de cuidados intensivos, ya que son conscientes de que cualquier situación a la que se enfrenten determinará si el paciente sigue con vida o no.
Las circunstancias en torno a la pandemia acentuaron la difícil tarea de dar contención a los enfermos y los parientes de estos, señaló el licenciado Marcelo Melgarejo, coordinador de los pabellones 3 y 4. “Le genera ansiedad de saber si va a mejorar, si va a salir. Debemos hacer esa labor de contención para con ellos”, resaltó.
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“La experiencia más dura es verles partir a los pacientes”, sostuvo Eva Franco, una de las enfermeras del hospital. Resaltó que en los momentos más difíciles del cuadro el enfermo está solo y las personas más cercanas son los médicos y enfermeros.
Igualmente, destacó que uno de los momentos reconfortantes que experimentan en su día a día junto a los pacientes con coronavirus es cuando estos se recuperan y vuelven a sus casas.
El Ineram cuenta con 138 camas hospitalarias, 96 simples y 42 en la Unidad de Terapia Intensiva. Actualmente, todas las camas del sector de contingencia se encuentran ocupadas.
Cabe destacar que desde diciembre, nuestro país registra un pico en la cantidad de hospitalizados a causa del coronavirus. En el último informe del Ministerio de Salud reveló que hay 842 pacientes internados, con 187 de estos en cuidados intensivos.