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De la mano del diputado Freddy D’Ecclesiis y de Dalia López, Mario Ye Sui Yong no solamente logró entrar y salir del Paraguay varias veces, sacarse fotos con Mario Abdo Benítez en su residencia y en su puesto comando, y hasta subir a los aviones con el primer anillo de su campaña electoral de Añetete. Además de todo, le consiguieron un pasaporte falso.
Mario Ye Sui Yong está detrás de la “Feira do Paraguai” en el SIA (Feira dos Importados de Brasilia, un sitio de precios convenientes para unos y de contrabando para otros) y entrega tarjetas personales donde se jacta de ser Presidente honorario del Frente Parlamentario Brasil-China y representante de una empresa china sancionada por el Banco Mundial en el 2011. Ye Sui Yong no solo tuvo llegada a Mario Abdo Benítez, también viajó a China como traductor de Bolsonaro, y antes que eso, visitó en el 2018 a Michel Temer (ex presidente brasileño). Tras esta visita, publicaciones brasileñas lo mostraron como una persona con supuestos vínculos con la mafia.
El hallazgo
Nadie en su sano juicio se imaginó que el 4 de marzo de este año Ronaldinho y su hermano Roberto ingresaron al Paraguay con documentación falsa y con protección de militares y policías. No eran los únicos; antes que ellos Mario Ye Sui Yong ya había hecho lo mismo con un pasaporte auténtico de contenido falso. ¿Cómo descubrió la Fiscalía? Encontraron la foto en uno de los dos celulares entregados al Ministerio Público por Paula, esposa del recientemente fugado Wilmondes Souza Lira.
Una vez que estalló el escándalo, la esposa de Wilmondes declaró ante el Ministerio Público el 7 de marzo de este año a una hora inusual: 17:18. Declaró tres páginas, entregó dos celulares, dos pasaportes y una cédula que ella confesó que le fueron entregados por Dalia López Troche. Tras su declaración, Paula salió inmediatamente del Paraguay, pese a que también tenía un pasaporte falso que correspondía a una paraguaya de nombre D.P.N., una mujer que vive en Laurelty (Paraguay). Del por qué la Fiscalía la dejó ir sin prestar ni siquiera declaración indagatoria es aún un misterio.
Según el expediente, en el celular de Paula los fiscales encontraron la foto del pasaporte del chino Mario Ye Sui Yong. Usaba pasaporte paraguayo Q558587 y tenía una cédula número 8.354.904 por lo cual, el 16 de abril de este año, la Fiscalía pidió al jefe de Identificaciones que entregaran el legajo completo del brasileño. El 20 de abril, el fiscal Marcelo Pecci se constituyó en Identificaciones para sacar toda la documentación y se encontraron con que el pasaporte que le habían dado al chino brasileño correspondía a un paraguayo de nombre Fernando José C. E. por lo que enseguida presumieron la alteración de datos biográficos y ordenaron inclusive la detención del paraguayo, dueño real del pasaporte del chino.
Sin papeleo en la CSJ
El 4 de mayo empeoraron las sospechas sobre la documentación del oriental amigo del diputado Freddy D’Ecclesiis, Mario Ye Sui Yong. La abogada Pierina Ozuna informó que en la Corte Suprema de Justicia no existía ningún pedido de naturalización del oriental, es más, no existía ningún expediente en trámite sobre él. Confirmó además que no había constancia de que se hubiera naturalizado; el cómo le dieron un pasaporte, es un misterio.
Mismísima Identificaciones
Paula Oliveira, la esposa de Wilmondes, declaró a los fiscales que fue la paraguaya radicada en Brasil, Adriana Mendoza, quien los presentó con Dalia López. Mendoza parece trabajar, indistintamente, en ambas comisiones, tanto el Frente Parlamentario Brasil–China como el Frente Parlamentario Brasil–Paraguay.
Una de las partes relevantes fue cuando Paula confesó que la documentación se hizo en la mismísima Identificaciones: “Dalia me llevó al Departamento de Identificaciones para poder hacer los trámites de mi cédula de identidad”, dijo. Confesó que la presentaron con un hombre que no estaba uniformado y Dalia le dijo que ni fila formaría porque ella era muy influyente en ese lugar y agilizaría los trámites. Le tomaron la foto, las huellas dactilares, la firma y se fueron.
Después de esto Dalia López se enteró de que el matrimonio conocía a Ronaldinho. Y pidió conocerlo, acordaron un encuentro en Río de Janeiro y arrancó el proyecto que terminó dando documentación –falsa- a todos ellos. La señora Paula declaró que el 7 de enero de este año, Dalia le envió este mensaje: “Aquí el Director (N. de la R. de Identificaciones) faló que mañana después del medio día estarían entregando todos los documentos” seguido de un audio. El 9 de enero Dalia envió al celular de Paula las fotos de los pasaportes y cédulas de identidad de Wilmondes Lira y de Ronaldinho, el de Roberto iría a demorar un poco más y así fue porque el 11 de enero estuvo listo. Una vez que estuvieron los documentos, Paula volvió al Paraguay y “Dalia personalmente me entregó toda la documentación que se le había solicitado”, testificó.
“Un show de bandidos”
Mientras todo el poder se escondía detrás del poder, Ronaldinho y su hermano Roberto quedaron presos y de cortina de humo. El entorno cuenta que ofrecieron a Ronaldinho salir del Paraguay en auto y por el Puente de la Amistad cuando se enteraron de que después de liberarlo, lo iban a volver a capturar. El hombre se negó: “No voy a salir como bandido y por la ventana. Entramos por la puerta y por la puerta vamos a salir”.
Testigos confirman que cuando los liberaron por primera vez tras el escándalo inicial, seguían controlados por la Policía Nacional y los acechaban los guardaespaldas de Dalia López Troche. “Aquello llegó a ser un show de bandidos a nuestro alrededor, gente que se presentaba, intermediarios que aparecían y pedían de 300.000 a 1.000.000 de dólares, gente que invocaba a otra gente”. El testimonio salió del entorno cercano que acompañó a Ronaldinho durante los 173 días de tribulaciones. Y agregaron más: “Llegamos a contar más de 50 intermediarios, de todas las calañas. Nos decían que Ronaldinho se iba a pudrir en la cárcel si no pagábamos”.
Las fuentes aclararon que nadie de la fiscalía paraguaya les pidió algo indebido, pero igual la acusaron de algo no menos peor: de ocultar durante meses el expediente, de no darles acceso a las informaciones y de enterarse recién 60 días antes de la liberación de detalles cruciales de la investigación fiscal.