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Pese a que no se hizo publicidad, por el tema de evitar la aglomeración de personas, mucha gente se acercó hasta el observatorio y pudo disfrutar del magnífico espectáculo, ya sea con el telescopio astronómico con que cuenta el observatorio, como a simple vista ayudados por algunos dispositivos que permitían apreciar el fenómeno.
El observatorio “P. Buenaventura Suárez” fue puesto en valor en el año 2008, mediante un convenio entre la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y el centro astronómico de Asunción, que formó a los técnicos y trabajó en la puesta en valor del lugar. El desaparecido profesor Blas Servín tuvo un destacada labor en el proyecto.
La gente llegó en forma espontánea, y tuvo un comportamiento ejemplar en el sentido de esperar sus turnos y moverse dentro de las normas sanitarias preventivas, explicó el técnico.
El centro de observación astronómica “P. Buenaventura Suárez” lleva el nombre en homenaje al misionero jesuita precursor de la actividad astronómica en esta parte de América durante la época de la conquista y colonización española, y fundador del centro primer centro astronómico que operó en el río de la Plata desde esta misión jesuítica guaraní, ubicada sobre la margen derecha del río Paraná, a unos 100 kilómetros al oeste de la capital departamental, Encarnación.
Esta misión jesuítica, una de las tres que se encuentra dentro de territorio de Itapúa, es también un gran museo sacro, que alberga obras pictóricas y esculturas talladas en madera por los nativos guaraníes que vivieron en estas reducciones tres siglos atrás.
La iglesia Santos Cosme y Damián es una de las mejor conservadas de todos los templos construidos en los 30 pueblos fundados por los misioneros jesuitas que abarcan una región conformada por los actuales países de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay.
En Itapúa se encuentran, además de la Misión San Cosme, las misiones de Santísima Trinidad y Jesús de Tavarangüe, ambas sobre la ruta nacional PY06.