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El Pbro. Fritz en ese contexto fue tajante al afirmar que si se hubiera utilizado esos mismos recursos de energía, dinero y personal como se gasta actualmente en la defensa de los sojales, en vez de invertir en la defensa de los bosques, hoy estaríamos en un país mejor, más habitable y más saludable.
“Es un pecado que una planta tan nutritiva y valiosa como es y era la soja, se haya transformado en un peligro para la tierra, el agua, el aire, animales y hasta el mismo ser humano”, dijo el religioso.
El prelado fue más allá al denunciar que la situación empeora cuando a la fuerza son aplazadas poblaciones humildes para favorecer las plantaciones de soja, como ocurre en algunas comunidades indígenas, quienes son tachados como frenos de un supuesto desarrollo.
En ese sentido dijo que “no podemos dejar de mencionar en este contexto, comunidades amenazadas o afectadas por desalojos, muchas veces violentos e injustos. Es horroroso ver cómo supuestos profesionales de la justicia se prestan a chicanerías imputando a líderes indígenas, por supuesta invasión de tierras o incluso por ser terroristas. Así como actos brutales de desalojo, sin las mínimas condiciones de seguridad o cumplimiento de los protocolos sanitarios, como uso de tapabocas o distanciamiento social.
Al respecto puso como ejemplo las comunidades de Jaku´i Guazú de Itapúa, que ya sufrieron desalojos, la comunidad de Cerrito en Alto Paraná, donde hay intentos. La comunidad Y´apo que se encuentra amenazada y la comunidad Loma en el Chaco, donde ahora después de muchos años se está haciendo justicia, por la invasión de terratenientes.
En ese mismo contexto parafraseó al papa Francisco al mencionar que los pueblos originarios no están en contra del progreso, si bien tienen una idea de un progreso diferente, muchas veces es mucho más humanista que la de la cultura moderna de los desarrollados. No es una cultura orientada a beneficio de los que tienen poder.
Luego subrayó que la intolerancia y el desprecio ante las culturas populares indígenas es una forma de violencia.
En otro momento de la larga reflexión también se refirió a los escándalos de corrupción que se tienen en el país al mencionar que “el tapabocas nos tapa la mitad de la cara, pero eso hace que nos miremos con más atención a los ojos. Y que veamos las injusticias y la corrupción imperante, que están incluso antes del coronavirus y que el papa Francisco nombró como un virus social. Una corrupción que ni siquiera se detiene ante esta realidad de la pandemia y no se avergüenza de aprovecharse de ella”.
Luego afirmó que “aprovecharse de la necesidad, de la pobreza, de la enfermedad, de la miseria, es lo más vil que podemos imaginarnos”.
Finalmente en conferencia de prensa el Pbro. Fritz, de la Congregación Oblatos de María, fue tajante al afirmar que no hay voluntad política para mejorar las condiciones de las comunidades indígenas porque simple y llanamente los políticos y autoridades están con los que manejan la plata y tienen el poder.
Eso se ve perfectamente en la política actual, sin mencionar el gobierno anterior. “Son los grandes empresarios y terratenientes los que manejan el país,” sentenció finalmente.